Autor/a
Rita Rigolfas Torras
Dietista-nutricionista
Esther Blanco Alcántara
Dietista-nutricionista
+

Información general

Descripción
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La obesidad es un aumento de peso causado por un exceso de grasa corporal en relación con el peso estándar, que está determinado fundamentalmente por el sexo, la talla y la edad.

Se considera normal un porcentaje de grasa en el cuerpo del 12 % al 20 % en hombres y del 20 % al 30 % en mujeres; por encima del 25 % en hombres y del 33 % en mujeres se considera obesidad.

La obesidad y el sobrepeso, asociados durante mucho tiempo al bienestar físico y económico, actualmente se consideran respectivamente una enfermedad crónica y un factor de riesgo, por las consecuencias graves que conllevan para la salud y para la calidad de vida.

 

La obesidad y el sobrepeso son actualmente el quinto factor de riesgo de muerte en el mundo, puesto que aumentan las posibilidades de sufrir diabetes tipo 2, cardiopatía isquémica (angina de pecho o infarto), algunos tipos de cáncer, hipertensión arterial, apnea del sueño o ictus (apoplejía), entre otras enfermedades y trastornos.

Cabe destacar que el aumento de peso no se corresponde siempre con una obesidad. Las personas con la masa muscular muy desarrollada (los culturistas y algunos deportistas) sin ser obesos pueden tener un peso que con las fórmulas habituales se consideraría sobrepeso o, incluso, obesidad.

Hay otras situaciones en las que el peso puede aumentar sin que incremente la grasa; por ejemplo, algunas enfermedades cursan con un aumento de los líquidos corporales, como los edemas, tanto los generalizados (el anasarca) como los localizados, por ejemplo, en la cavidad peritoneal (ascitis) o en las piernas (frecuentes en algunas enfermedades cardíacas, renales y circulatorias, entre otras).

Para cuantificar el aumento de peso de una persona y saber en qué casos corresponde a un sobrepeso o a una obesidad se pueden emplear diferentes métodos y fórmulas.

Actualmente la fórmula más utilizada es el IMC (índice de masa corporal) o índice de Quételet, que se basa en la relación peso/talla. 

           peso (kg)
IMC = ---------------         Cálculo del IMC

           talla (m2)

 

Clasificación del sobrepeso y la obesidad según el IMC

Según el resultado del cálculo del IMC, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) establece la clasificación siguiente:

Clasificación  IMC
Peso normal 18,5 – 24,9
Sobrepeso grado I 25,0 - 26,9
Sobrepeso grado II (preobesidad)  27- 29,9
Obesidad grado I 30,0 – 34,9
Obesidad grado II 35,0 – 39,9
Obesidad grado III (mórbida)  40 - 49,9
Obesidad grado IV (extrema) ≥ 50

Fuente: Tabla SEEDO 2011 (modificada por las autoras)

 

Como se puede observar, a partir de un IMC de 25 a 29,9 se considera que la persona sufre sobrepeso. Con un IMC de 30, la persona ya se considera obesa.

 

 

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Etiología
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Es difícil establecer un único factor desencadenante del exceso de peso. Parece ser que se debe a una interacción entre genes y ambiente. Se sabe que hay más de 430 genes implicados en el exceso de peso.

El exceso de aportación energética y la carencia de actividad física asociados a una predisposición genética determinada que presentan algunas personas explicarían el aumento de la prevalencia de la obesidad. Por lo tanto, puede decirse que la obesidad tiene un origen multifactorial.

1.1 Factores genéticos; 1.2 Factores ambientales y estilos de vida; 1.3 Factores psicológicos; 1.4 Factores fisiológicos; 1.5 Factores médicos.

 

1.1 Factores genéticos

Existen algunos tipos de obesidad de origen genético que se asocian a problemas de desarrollo físico e intelectual, como por ejemplo el síndrome de Prader Willi, que no tienen relación con la gran mayoría de obesidades.

En la actualidad se habla de la implicación de más de 400 genes en la etiología de la obesidad.

 

1.2 Factores ambientales y estilos de vida

En personas predispuestas genéticamente al exceso de peso, los factores ambientales y un estilo de vida no saludable pueden ser los desencadenantes del inicio del problema. Entre los factores más frecuentes destacan:

  • Excederse en la aportación energética. Consumir habitualmente más energía de la que el cuerpo requiere, mediante alimentos de elevada densidad energética (dulces, bollería y pastelería, bebidas azucaradas, bebidas alcohólicas, embutidos, quesos grasos, etc.). Los malos hábitos alimentarios pueden causar obesidad, incluso en personas que no comen grandes cantidades pero que optan por alimentos ricos en azúcares y en grasas saturadas.
  • Llevar una vida sedentaria. Es frecuente el aumento de peso en personas que han dejado de hacer deporte o que pasan de una vida activa al sedentarismo (por reposo en la cama por enfermedad o por problemas musculares u óseos como la artrosis, fracturas, etc.). La carencia de actividad física habitual también es un factor de predisposición.
  • Dormir poco. Dormir menos de 5 horas al día y trabajar de noche son factores de riesgo de obesidad y de diabetes tipo 2.
  • Dejar de fumar. El abandono del tabaco a veces conlleva un incremento del peso, de entre 2 y 10 kg si la persona sustituye el tabaco por alimentos. Esta situación es muy frecuente debida a la ansiedad que puede comportar este cambio de hábito.
  • Realizar algún cambio vital que conlleve un cambio de trabajo, un cambio de clima o de país, una separación traumática, problemas familiares. Es frecuente ver personas que aumentan de peso al hacerse cargo de algun familiar enfermo. También se puede observar personas emigrantes que después de una larga temporada en el país de acogida aumentan de peso.
  • Perder peso de manera inadecuada y rápida, puesto que puede provocarse el efecto rebote. Las dietas milagrosas propician esta situación:

    - ¿Cómo identificar un producto, un método o una dieta "milagro"?

 

1.3 Factores psicológicos

Hay factores psicológicos que pueden influir en el hambre. Hay personas que compensan los estados de ansiedad con ingestas a veces exageradas. Algunos trastornos psicológicos pueden conllevar formas de comer compulsivas (atracones), ingestas nocturnas o necesidad de comer determinados alimentos —especialmente los productos de pastelería o de bollería. Las depresiones pueden causar obesidad, por los efectos secundarios de algunos tratamientos farmacológicos y también, en algunos casos, por un cambio en los hábitos alimentarios.

 

1.4 Factores fisiológicos

A lo largo de las etapas de la vida, puede haber diferentes factores hormonales o cambios en la composición corporal que pueden favorecer el aumento de peso si no se controla.

  • Embarazo y lactancia materna. Durante el embarazo el organismo se encuentra en una situación de anabolismo que predispone al aumento de las reservas de grasa. Esta situación se relaciona, a veces, con un aumento del hambre y con un control bajo de la alimentación, factores que pueden propiciar un aumento de peso por encima del recomendado.
    Consejos de salud en el embarazo
    Consejos de salud en la lactancia

  • Envejecimiento. En esta etapa se observa una disminución de la masa muscular, que comporta una disminución del metabolismo basal y del gasto energético. Estos factores pueden estar ligados al aumento de peso.
    Consejos de salud en la vejez

  • Menopausia. Debido a la disminución de estrógenos puede darse una redistribución de la grasa corporal, que se localiza principalmente en la zona central, con aumento de peso o sin él.
    Consejos de salud en la menopausia

 

1.5 Factores médicos

Algunas enfermedades endocrinas como el hipotiroidismo (disminución de la función de la glándula tiroides) o el síndrome de Cushing o los tratamientos prolongados con algunos medicamentos (antidepresivos, glucocorticoides, antiinflamatorios no esteroidales (AINE), la insulina, etc.) pueden favorecer el aumento de peso.

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Epidemiología
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La obesidad es una patología que actualmente crece de manera importante en cuanto a la incidencia en la población, hasta el punto que la OMS la ha calificado de pandemia del siglo XXI, tanto en los países desarrollados como en los que se encuentran en vías de desarrollo.

Mil millones de adultos sufren sobrepeso y más de 300 millones son obesos. Si no se actúa, se superarán los 1.500 millones el 2015. Cada año mueren, como mínimo, 2,6 millones de personas por la obesidad o el sobrepeso. Aunque anteriormente se consideraba un problema limitado a países de rentas altas, en la actualidad el sobrepeso y la obesidad también están presentes en países de rentas bajas y medias.

 

El 65 % de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad causan más muertos que el peso bajo. Entre estos países se incluyen todos los de rentas altas y medias. El 44 % de los casos mundiales de diabetes, el 23 % de cardiopatías isquémicas y entre el 7 y el 41 % de algunos cánceres son atribuibles al sobrepeso y a la obesidad.

En España, según la Encuesta Nacional de Salud 2011-2012 del Instituto Nacional de Estadística, un 17 % de los adultos de 18 años o más sufre obesidad y un 37 % presenta sobrepeso. La obesidad ha aumentado del 7,4 % al 17 % en los últimos 25 años.

Con respecto a la infancia y a la adolescencia, los datos más recientes proporcionados por el estudio nacional Aladino (2011) manifiestan que el 44,5 % de niños entre 6 y 10 años presentan un exceso de peso. Son datos bastante preocupantes si se tiene en cuenta que la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. Los niños con sobrepeso probablemente se convertirán en adultos obesos y, en comparación con los niños con un peso normal, tienen más probabilidades de presentar, en edades más tempranas, diabetes y enfermedades cardiovasculares, asociadas a un aumento de la probabilidad de muerte prematura o de discapacidad.

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Tipos
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El exceso de peso se puede clasificar según los siguientes criterios:

  1. El grado (a partir del cálculo del IMC)
  2. La distribución de la grasa corporal: obesidad androide y obesidad ginoide

 

1. El grado

A partir de un IMC igual o superior a 27 existe un riesgo incrementado de comorbilidades y de muerte, especialmente si la distribución adiposa es androide; este riesgo se puede agravar si aumenta el IMC.

En el caso de IMC igual o superior a 40 —considerado obesidad mórbida y extrema— aumenta el fracaso terapéutico con las medidas dietéticas habituales y se plantean otros tratamientos, especialmente la cirugía bariátrica.

 

2. Distribución de la grasa corporal: obesidad androide y obesidad ginoide

No sólo es importante conocer la cantidad de grasa corporal (adiposidad) que tiene una persona, sino también su distribución en el organismo. Según este criterio la obesidad puede ser androide y ginoide.

 

2.1 Obesidad androide

Es más frecuente en hombres, también se la denomina obesidad abdominal o de tipo manzana. Esta distribución de la grasa se puede presentar tanto en situaciones de sobrepeso como de obesidad. Se caracteriza por acumular la masa adiposa en la parte superior del cuerpo, alrededor de la cintura; la grasa es subcutánea y perivisceral, es decir, que rodea las vísceras como el corazón, el hígado, etc. La obesidad androide está estrechamente relacionada con el síndrome metabólico, también conocido como síndrome X o síndrome de la resistencia a la insulina (situación en la cual el cuerpo no puede usar la insulina eficazmente); como consecuencia, pueden elevarse los niveles de grasas y glucosa en sangre. Este síndrome puede ir acompañado también por un aumento de los niveles de tensión arterial. Todo ello supone un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular.

Obesidad androide

Obesidad androide en forma de manzana

Fuente: : R.Rigolfas i E.Blanco

 

Según la National Cholesterol Education Program Adult Treatment Panell III (NCEP ATP-III), para diagnosticar el síndrome metabólico es necesario que se cumplan tres o más de los criterios siguientes:

Perímetro de la cintura:  > 102 cm ♂ y > 88 cm ♀
Triglicéridos: ≥ 150 mg/dl
HDL colesterol: < 40 mg/dl ♂ y < 50 mg/dl ♀
Presión arterial: ≥ 130/85
Glucosa plasmática: ≥ 110 mg/dl

 

El síndrome metabólico comporta un alto riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular, como por ejemplo por infarto de miocardio.

Según el perímetro de la cintura, puede valorarse el riesgo cardiovascular en personas que presentan obesidad abdominal.

Valores de riesgo cardiovascular según la distribución de la grasa corporal. Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO)
Circunferencia cintura Hombres  Mujeres
Valores límite  > 95 cm  > 82 cm
Valores de riesgo elevado  > 102 cm > 90 cm

 

2.2 Obesidad ginoide

Es frecuente en mujeres con actividad ovárica, es decir, en edad fértil. Presenta un aumento de grasa en la parte inferior del cuerpo (caderas y piernas); esta distribución probablemente está ligada a los estrógenos (hormonas producidas principalmente por los ovarios). Las consecuencias más habituales de este tipo de obesidad son motoras, relacionadas con la dificultad de movimiento como la artrosis de columna o de rodillas, y problemas circulatorios como varices a las extremidades inferiores.

Esta distribución de grasa puede presentarse tanto en situaciones de sobrepeso como de obesidad.

Obesidad ginoide

Obesidad ginoide en forma de pera

Fuente: R.Rigolfas i E.Blanco

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Última modificación: 18/01/23 09:36h

Comentarios

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Iván 21 de Julio de 2021
Hola soy conductor de autobuses de TMB y me gustaría saber si hay algún plan para perder peso obesidad por parte de la empresa, años atrás estuve haciendo un plan de pérdida de peso y no sé si se sigue haciendo en la empresa.
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