Información práctica

Estructura y función del cuerpo
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La persona de cualquier sexo, edad o condición es un ser multidimensional integrado, único y singular en cuanto a necesidades y características, capaz de actuar deliberadamente para lograr los objetivos que se propone, asumir la responsabilidad de su propia vida y su propio bienestar y relacionarse consigo mismo y con su entorno en la dirección que ha elegido.

La idea de un ser multidimensional integrado incluye las dimensiones biológica, psicológica, social y espiritual, y todas ellas se someten a procesos de desarrollo y se influyen mutuamente. Cada una de las dimensiones con las que se describe a la persona está relacionada de forma permanente y simultánea con las demás, y forman un todo en el que ninguna se puede reducir ni subordinar a otra, ni se puede tener en cuenta de forma aislada. Por lo tanto, en cualquier situación, la persona responde como un todo, con una afectación variable de las cuatro dimensiones. Cada dimensión implica una serie de procesos, algunos de los cuales son automáticos o inconscientes, y otros, en cambio, son controlados o intencionados.

Teniendo siempre en cuenta este concepto de persona, y solo con fines didácticos, pueden estudiarse de forma aislada las modificaciones o alteraciones de algunos de los procesos de la dimensión biofisiológica (estructura y función del cuerpo humano) en diversas situaciones.

En el caso de las heridas, los procesos más directamente afectados están relacionados con los sistemas siguientes:

  1. Tejidos, membranas, piel y derivados de la piel 
  2. Aparato locomotor, formado por el sistema osteoarticular y muscular 

 

1. Tejidos, membranas, piel y derivados de la piel

El cuerpo humano está formado por innumerables tipos de células. Las células que trabajan juntas se reúnen en asociaciones, que son los tejidos. Los tejidos básicos son cuatro: el tejido epitelial, el tejido conectivo, el tejido muscular y el tejido nervioso.

La piel, o membrana cutánea, forma parte del sistema tegumentario, formado por la piel y sus derivados: cabello, uñas y glándulas subcutáneas.

La piel protege al organismo de lesiones e infecciones, de la deshidratación y de los rayos ultravioleta. Detecta los estímulos ambientales relacionados con la temperatura, el tacto, la presión y el dolor, y excreta diversas sustancias al tiempo que interviene en la síntesis de la vitamina D necesaria para mantener nuestros huesos sanos.

 

2. Aparato locomotor, formado por el sistema osteoarticular y muscular 

El aparato locomotor, también llamado sistema musculoesquelético, está formado por los huesos, que forman el esqueleto, las articulaciones, que relacionan los huesos entre sí, y los músculos, que se insertan en los huesos y mueven las articulaciones.

Los huesos proporcionan la base mecánica para el movimiento, ya que son el lugar de inserción de los músculos y sirven como palancas para producir el movimiento.

Las articulaciones conectan dos o más huesos entre sí en la zona de contacto. Permiten el movimiento de estos huesos en relación unos con otros.

Los músculos producen movimiento, tanto de unas partes del cuerpo con otras, como del cuerpo en su conjunto, como ocurre cuando trasladan el cuerpo de un lugar a otro cuando caminamos.

 

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Proceso de cicatrización
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El proceso de reparación de una herida se lleva a cabo mediante la cicatrización y comienza en el momento en que se produce el daño.

La cicatrización se define como el conjunto de mecanismos fisiológicos sincronizados e interdependientes que se activan en el organismo para la reconstrucción y reparación de los tejidos lesionados.

Cuando la profundidad de la herida afecta solo a las capas más superficiales de la piel (epidermis y dermis superficial), las lesiones se cierran mediante la regeneración del tejido epitelial (no queda ningún tipo de cicatriz), por lo que el tejido resultante tiene exactamente las mismas características que el tejido original anterior a la lesión; en cambio, si esta es más profunda y afecta a la dermis, los vasos sanguíneos y otras estructuras internas, la curación ya no puede ser mediante regeneración, sino que debe hacerse mediante una cicatriz.

1. Fases del proceso de cicatrización

2. Tipos de cicatrización

 

1. Fases del proceso de cicatrización

Las fases que componen el proceso de cicatrización de una herida son:

  • Primera fase: exudativa o inflamatoria

    Se produce la coagulación, la inflamación y la limpieza de la herida. El objetivo de esta fase es limpiar y combatir las infecciones, eliminando las células y tejidos desvitalizados. Se inicia en el momento en que se produce la herida y su duración es de aproximadamente tres días, dependiendo de las condiciones fisiológicas. Las primeras reacciones vasculares y celulares consisten en la coagulación y la hemostasia (proceso que detiene el sangrado y evita que los vasos sanguíneos dañados pierdan demasiada sangre) y concluyen transcurridos unos 10 minutos.

  • Segunda fase: de granulación

    En esta fase se produce la reconstrucción de los vasos sanguíneos, lo que facilitará el aporte de oxígeno y nutrientes al nuevo tejido, y que irá rellenando el lecho de la herida (la zona del interior de la piel que ha perdido tejido) para reemplazar el tejido original destruido.

    Se liberan factores de crecimiento, sustancias responsables de iniciar y estimular el crecimiento de nuevas células. El tejido de granulación es de color rojo claro o rosado oscuro, con nuevos capilares, suaves al tacto y de apariencia irregular.

  • Tercera fase: de epitelización

    Una vez que el lecho de la herida se ha llenado con tejido recién formado, se recubre con nuevo tejido epitelial, desde los bordes de la herida hasta cubrirla completamente. Entre el sexto y el décimo día, la herida se contrae, el tejido de granulación gana consistencia y se transforma en tejido cicatricial.

  • Cuarta fase: de maduración

    Esta fase puede durar hasta un año o más. Recomendamos proteger la zona de la cicatriz durante el primer año con protector solar, con un factor de protección solar (FPS) de 50 o más, para evitar que la cicatriz se tiña debido al efecto de los rayos ultravioleta del sol.

 

2. Tipos de cicatrización

Podemos encontrar dos tipos de cicatrización:

  • Cicatrización por primera intención

    Se produce cuando se aproximan los bordes de una herida con una sutura quirúrgica (puntos de sutura o grapas), un adhesivo tisular o tiras de aproximación. El proceso de reparación suele ser rápido y estético, se realiza en unos 7-10 días. 

     Ver imagen

  • Cicatrización por una segunda intención

    Se produce cuando los bordes de la herida permanecen separados. Para su reparación, debe crecer tejido de granulación (tejido conjuntivo) desde los bordes y el lecho de la herida, y cubrirse con tejido epitelial.  Suele ser un proceso más lento, con riesgo de complicaciones y peores resultados estéticos y funcionales. Las heridas que se suturan y posteriormente se infectan acaban teniendo que cicatrizar de esta forma. 

     Ver imagen


    Las cicatrices patológicas más habituales son las cicatrices hipertróficas y queloides:
    • Cicatriz hipertrófica

      Se caracterizan por presentar elevación y color rojizo. Suelen ser de superficie irregular, con discromía (alteración del color normal de la piel) y presencia de un cordón endurecido, y no sobrepasan los límites de la herida original. Aparecen en heridas que tienen un alargamiento de la fase inflamatoria. Tienden a aplanarse con el tiempo. Son más frecuentes en los jóvenes

      Cicatriz hipertrófica

    • Cicatriz queloide

      Se caracterizan por ser más elevadas y voluminosas, sobrepasando los límites de la lesión inicial. Pueden ir acompañadas de picor, sensación de ardor o hipersensibilidad al tacto. Suelen aparecer en el tórax. Aparecen debido a un desequilibrio entre la síntesis y la degradación del colágeno. Son más frecuentes en personas de raza negra y piel con pigmentación más oscura.
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Tratamiento
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  1. Principios básicos para el cuidado de una herida
  2. Cómo curar una herida traumática en casa
  3. Cuidado de las quemaduras
  4. Preparación del lecho de la herida
  5. Recomendaciones específicas

 

1.  Principios básicos para el cuidado de una herida

Antes de iniciar el cuidado de una herida, un aspecto fundamental para la prevención de la infección es el lavado de manos. Es recomendable realizar este procedimiento antes y después de realizar los cuidados.

1.1. Cómo lavarse las manos con agua y jabón

1.2. Cómo lavarse las manos con solución hidroalcohólica

1.3. Limpieza de la herida

1.4. Descontaminación de la herida 

1.5. Cobertura de la herida

 

 

 

1.1 Cómo lavarse las manos con agua y jabón

  • Después de humedecerse las manos con agua, aplicar jabón
  • Frotar una palma con la otra
  • Frotar la palma de la mano derecha con el dorso de la izquierda y viceversa
  • Frotar una palma con la otra con los dedos entrelazados
  • Frotar la parte posterior de los dedos contra la palma opuesta con los dedos cerrados
  • Frotar por rotación los dedos de la mano izquierda cerrada alrededor del pulgar derecho y viceversa
  • Frotar por rotación las yemas de los dedos contra la palma de la mano opuesta y viceversa
  • Enjuagarse las manos
  • Secarse las manos con una toalla de papel
  • Usar el mismo papel para cerrar el grifo

Para lograr una buena técnica de lavado de manos con agua y jabón, el procedimiento debe durar de 40 a 60 segundos.

Si no se dispone de agua y jabón, puede usarse una solución hidroalcohólica con un porcentaje de alcohol de al menos el 60 %. Aun así, se debe aplicar el lavado con agua y jabón siempre que las manos estén sucias.

Además, después del lavado, para llevar a cabo la cura, se deben utilizar guantes de exploración desechables (látex, vinilo o nitrilo) para evitar el contacto directo con la sangre, los exudados o las secreciones corporales.

Infografía Lavado de manos

 

1.2  Cómo lavarse las manos con solución hidroalcohólica

  • Palma contra palma
  • Palma de la mano derecha en el dorso de la izquierda y viceversa
  • Palma contra palma, con los dedos entrelazados
  • Dorso de los dedos apoyado en la palma opuesta con los dedos cerrados
  • Fricción por rotación de los dedos de la mano izquierda cerrada alrededor del pulgar derecho y viceversa
  • Fricción por rotación de las puntas de los dedos unidas contra la palma de la mano opuesta y viceversa

Para lograr una buena técnica de lavado de manos con solución hidroalcohólica, el procedimiento debe durar de 20 a 30 segundos.

Además, después del lavado, para llevar a cabo la cura, se deben utilizar guantes de exploración desechables (látex, vinilo o nitrilo) para evitar el contacto directo con la sangre, los exudados o las secreciones corporales.

Infografía técnica por fricción

 

1.3 Limpieza de la herida

Limpiar la herida inicialmente y en cada cura. La limpieza adecuada de la herida es fundamental para retirar los residuos orgánicos e inorgánicos presentes en la lesión, los exudados, las bacterias y los restos de los productos utilizados en las curas anteriores.

Para la limpieza de la herida, usar suero fisiológico, solución de cloruro de sodio al 0,9 %; es una solución isotónica, fisiológica, estéril y no interfiere con el proceso de cicatrización. Se debe aplicar una fuerza mínima al limpiar la herida y secar el área alrededor de la herida; no es necesario secar el lecho de la herida. Una alternativa al suero fisiológico es el agua potable o el agua destilada.

El uso de jabón para limpiar las heridas solo se recomendaría en heridas sucias con presencia de material contaminado (tierra, asfalto, productos químicos, telas...), antes de iniciar la cura de la herida.

 

1.4 Antisepsia o descontaminación de la herida

Para eliminar los microorganismos de la herida utilizaremos soluciones antisépticas, una sustancia química que se aplica sobre los tejidos vivos para destruir los microorganismos o impedir su reproducción. No se recomienda su uso de forma general y rutinaria debido a su toxicidad y agresividad con el tejido de granulación.

Actualmente, la solución antiséptica más recomendada es la clorhexidina al 1 % o 2 %; el inicio de la actividad comienza a los 15-30 segundos, es activa en presencia de sangre y exudados y actúa frente a bacterias grampositivas y gramnegativas, esporas, hongos y virus. La povidona yodada en solución al 10 % ha dejado de ser el antiséptico de primera elección, ya que se inactiva en presencia de sangre y exudados y, además, daña el tejido de granulación y, por tanto, interfiere en el proceso de cicatrización. 

 

 

1.5 Cobertura de la herida

Hay dos métodos de cura:

  • La cura seca, también llamada tradicional, que usa antisépticos y apósitos de gasa para cubrir la herida.
  • La cura húmeda, que consiste en mantener la herida protegida del exterior proporcionándole un ambiente húmedo, con el exudado de la herida en contacto permanente con ella y utilizando diferentes apósitos (productos sanitarios empleados para cubrir y proteger una herida).

Las heridas cubiertas con una película impermeable cicatrizan más rápido que las expuestas al aire. Si además se mantienen cubiertas con un cierto grado de humedad, se evita la formación de la costra y se acelera el proceso de cicatrización.

Características de ambos tipos de cura:

Cura seca Cura húmeda
  • No retiene la humedad en la herida, retrasa la cicatrización
  • Disminuye la temperatura en el lecho de la herida, dañando el tejido de granulación
  • Con el exudado de la herida, se forma una costra que se adhiere al lecho de la herida
  • No aísla de los contaminantes externos
  • Promueve la migración celular en la cicatrización
  • Facilita el intercambio de gases
  • Permite el manejo del exudado
  • No daña las células formadas al retirar el apósito
  • Acorta el tiempo de curación

Cura seca                               

control exudado     control exudado

Cura húmeda

Cura ferida ambient humit  Cura ferida ambient humit

 

Un apósito ideal debe ser:

  • Biocompatible.
  • Proteger la herida de las agresiones externas físicas, químicas y bacterianas.
  • Mantener el lecho de la herida continuamente húmedo y la piel circundante seca.
  • Eliminar y controlar los exudados y el tejido necrótico mediante su absorción.
  • Dejar la mínima cantidad de residuos en la lesión.
  • Adaptarse a las zonas difíciles.
  • Respetar la piel perilesional (piel que rodea la herida). 
  • Ser fácil de aplicar y retirar.

Los apósitos de gasa no cumplen con la mayoría de estas características.

Para la elección del tipo de apósito para la cura húmeda se tendrá en cuenta lo siguiente:

  • Localización de la herida
  • Tamaño
  • Estadio
  • Cantidad de exudado
  • Cavitación
  • Estado de la piel perilesional
  • Signos de infección
  • Estado general de la persona
  • Nivel asistencial y disponibilidad de recursos
  • Rentabilidad
  • Facilidad de aplicación en el autocuidado

La frecuencia de cambio de cada apósito vendrá determinada por las características específicas del producto seleccionado y las características de la herida. Sabemos que en cada cambio de apósito se reduce la temperatura del lecho de la herida y se inhibe la actividad de reparación de los tejidos, y que la recuperación de la temperatura normal puede tardar 40 minutos y reanudar la actividad de reparación tisular unas 3 horas.

Se deberá elegir el apósito que permita un manejo óptimo del exudado sin permitir que se seque el lecho de la herida ni se lesione la piel perilesional debido al exceso de exudado.

Algunos apósitos para la cura en ambientes húmedos se pueden combinar entre sí, así como con otros productos para el cuidado de las heridas.

Para proteger la piel perilesional del exudado y otras agresiones, se recomienda utilizar productos con películas de efecto barrera no irritantes.

La elección del tipo de cura, el producto y la frecuencia del cambio se determinarán según los criterios de la enfermera de acuerdo con la práctica basada en la evidencia (la mejor evidencia disponible del resultado de la investigación).

 

2.  Cómo curar una herida traumática en casa

2.1 Herida cortante

2.2 Herida por abrasión

2.3 Herida con contusión 

 

2.1 Herida cortante

Las heridas cortantes se producen por objetos cortantes (cuchillos, ralladores, hojas de metal, vidrio, etc.). Tienen bordes limpios y bien definidos y se caracterizan por un sangrado más abundante.

Herida cortante  Herida cortante

¿Qué debemos hacer?

Hay que lavar la herida y la zona con agua y jabón para eliminar los restos de sustancias que puedan contaminar la herida.

Aplicar una solución antiséptica (clorhexidina al 1 % o 2 %) en la herida para eliminar los microorganismos de la herida y prevenir infecciones.

Posteriormente, aplicar presión directa sobre la herida con una gasa estéril, un pañuelo o una toalla limpia hasta que deje de sangrar. Levantar la extremidad afectada por encima del corazón, esta posición nos ayudará a disminuir el sangrado de la herida; si la herida está en un dedo o una mano, levantaremos el brazo, y si está en un pie o una pierna, nos acostaremos en una cama o sofá con la pierna levantada sobre un cojín.

Una vez controlada la hemorragia, se cubrirá la herida con un apósito de cura en ambiente húmedo, que se puede comprar en la farmacia, la mayoría de los apósitos están financiados por el CatSalut y se puede obtener la receta en el centro de salud. No se recomienda poner gasa sobre la herida para evitar que se pegue, ni dejar la herida descubierta para evitar que se infecte.

Si se presenta dolor y no se tienen contraindicaciones, tomar un comprimido de paracetamol en la dosis prescrita por el profesional de la salud.

En las heridas profundas localizadas sobre una articulación, que se abren cuando se mueve la articulación, o en las heridas en las que al abrir los bordes se ve grasa, músculos, tendones o huesos, se necesitarán puntos de sutura. Si una herida requiere puntos de sutura, será necesario acudir a un centro de salud antes de las 6 horas, ya que si se tratan pasado ese tiempo se consideran heridas sucias o contaminadas, por lo que tienen un mayor riesgo de infección y no se pueden suturar (cerrar una herida con puntos de sutura o grapas).

La primera cura se realizará a las 48 h y, si no aparecen complicaciones (aumento del dolor, enrojecimiento, inflamación, exudado purulento...), limpiaremos la herida con suero fisiológico o agua potable, secaremos la piel perilesional con una gasa y la cubriremos con un apósito nuevo. Realizaremos la cura cada 48-72 h hasta su cicatrización en 7-10 días. Podemos utilizar apósitos con película de poliuretano, que son impermeables y facilitan la higiene corporal sin que el apósito se moje ni se caiga.

La herida permanecerá tapada y el apósito siempre limpio y seco; si el apósito se cae o se ensucia por exceso de exudado, habrá que volver a curar y cubrir con un apósito nuevo.

Si se han colocado puntos de sutura en la herida, la mantendremos tapada, con el apósito limpio y seco, hasta los 7-10 días, cuando la enfermera del centro de salud los quitará.

 

¿Cuándo contactar con un profesional de la salud?

En las siguientes situaciones nos pondremos en contacto con la enfermera o enfermero del centro de salud:

  • El sangrado no se detiene después de 10 minutos de presión
  • Hay una pérdida de sensibilidad en la zona
  • Hay una pérdida de movimiento en la zona
  • La herida es muy extensa o profunda
  • La herida precisa puntos de sutura para unir los lados de la herida
  • La herida es una mordedura de animal o humana
  • El calendario vacunal contra el tétanos está incompleto o tenemos dudas sobre la correcta vacunación

 

2.2 Herida abrasiva

La abrasión se produce al frotar la piel con un objeto áspero, como el suelo o el asfalto, provocando así una herida.

Herida abrasiva  Herida abrasiva

 
¿Qué debemos hacer?

 

Lavar bien la herida y la zona con agua y jabón para eliminar la suciedad del suelo de la zona, son heridas con una alta probabilidad de infección.

Una vez controlada la hemorragia, se cubrirá la herida con un apósito de cura en ambiente húmedo, que se puede comprar en la farmacia y pedir la receta en el centro de salud, la mayoría de los apósitos están financiados por el CatSalut. No se recomienda poner gasa sobre la herida para evitar que se pegue, ni dejar la herida descubierta para evitar que entren microorganismos, se infecte y haga costra.

Si se presenta dolor y no se tienen contraindicaciones, tomar un comprimido de paracetamol en la dosis prescrita por el profesional de la salud.

La primera cura se realizará a las 48 h y, si no aparecen complicaciones (aumento del dolor, enrojecimiento, inflamación, exudado purulento...), limpiaremos la herida con suero fisiológico o agua potable, secaremos la piel perilesional con una gasa y la cubriremos con un apósito. Realizaremos la cura cada 48-72 h hasta su cicatrización en 7-10 días. Podemos encontrar apósitos con película de poliuretano, que son impermeables y facilitan la higiene corporal sin que entre agua en el apósito o este se caiga.

La herida permanecerá tapada y el apósito siempre limpio y seco; si el apósito se cae o se ensucia por exceso de exudado, habrá que volver a curar y cubrir con un apósito nuevo.

 

 

¿Cuándo contactar con un profesional de la salud?

En las siguientes situaciones nos pondremos en contacto con la enfermera o enfermero del centro de salud:

  • La herida es muy extensa y/o afecta a articulaciones
  • El calendario vacunal contra el tétanos está incompleto o tenemos dudas sobre la correcta vacunación

 

2.3 Herida con contusión

Causada por un golpe o una caída sin provocar una herida abierta. Dependiendo de la fuerza del impacto, puede provocar daños en los tejidos e incluso en los órganos internos, al provocar una lesión en los vasos sanguíneos que deja salir la sangre por debajo de la piel, provocando una hemorragia interna, es lo que llamamos moretón o hematoma.

Herida con contusión

¿Qué debemos hacer?

 

Aplicar frío local, nunca directamente, envuelto en una toalla sobre la zona, durante 20 minutos cada 2 horas y durante las primeras 24 horas; esto evitará la aparición de un gran hematoma, la inflamación y reducirá el dolor.

Hacer algo de reposo y levantar la zona lesionada, si la herida está en el brazo o la pierna, para reducir la inflamación.

Si se presenta dolor y no se tienen contraindicaciones, tomar un comprimido de paracetamol en la dosis prescrita por el profesional de la salud.

 

 

¿Cuándo contactar con un profesional de la salud?

En las siguientes situaciones nos pondremos en contacto con la enfermera o enfermero del centro de salud:

  • Si toma medicamentos anticoagulantes (por ejemplo: Sintrom®, Eliquis®, Xarelto®, Pradaxa®, Lixiana®)
  • Ha recibido un golpe en la cabeza y ha perdido el conocimiento, tiene visión borrosa o ha vomitado
  • Aparece una gran inflamación o deformación de la zona
  • Aparece un hematoma muy extenso
  • El dolor en la zona no le permite descansar

 

3. Cuidado de las quemaduras

3.1  Primer grado 

3.2  Segundo grado superficial 

3.3  Segundo grado profunda 

3.4  Tercer grado 

 

Retirarse del agente causante de la lesión (calor, electricidad, frío o productos químicos) y quitarse la ropa si está mojada con el agente y pegada a la piel. Cuanto mayor sea el tiempo de exposición al agente, más profunda será la quemadura y mayor será el riesgo de complicaciones.

Si la quemadura está en la mano, quitarse rápidamente los anillos, las pulseras y el reloj y cualquier objeto apretado que se tenga en la zona quemada o cerca de ella, antes de que la zona se inflame.

 

3.1 Primer grado

 
 
Tratamiento

El objetivo es enfriar la lesión para neutralizar la acción del agente causante, el calor, o diluir y arrastrar las sustancias químicas y aliviar el dolor.

Irrigar la zona afectada o sumergirla colocando una gasa o trapos limpios empapados con agua potable o suero fisiológico a una temperatura de 18-20 °C (temperatura ambiente). A la temperatura que salga del grifo será suficiente, no es necesario que sea agua del frigorífico ni que se pongan cubitos de hielo para evitar que aumente la lesión cutánea.

Si se presenta dolor y no se tienen contraindicaciones, tomar un comprimido de paracetamol en la dosis prescrita por el profesional de la salud.

Hidratar la piel mediante cremas, aceites o geles, es la mejor manera de recuperar la deshidratación de la piel producida por la quemadura. Se aplicarán varias veces al día para evitar la sequedad de la piel.

Quemadura de primer grado

 

Evolución

Se curan espontáneamente en menos de 7 días.

 

 

3.2  Segundo grado superficiales

 
Tratamiento

El objetivo es enfriar la lesión para neutralizar la acción del agente causante, el calor, o diluir y arrastrar las sustancias químicas y aliviar el dolor.

Irrigar la zona afectada o sumergirla colocando una gasa o trapos limpios empapados con agua potable o suero fisiológico a una temperatura de 18-20 °C (temperatura ambiente). A la temperatura que salga del grifo será suficiente, no es necesario que sea del frigorífico ni que se pongan cubitos de hielo para evitar que aumente la lesión cutánea.

Eliminar siempre las ampollas, ya que el líquido que contienen puede estar contaminado, la piel de la ampolla es permeable a la entrada de microorganismos y no se puede realizar una valoración correcta del tejido quemado.

Para eliminar las ampollas podemos hacerlo pinchándolas con una aguja estéril o con una aguja de coser y unas pinzas desinfectadas, estiraremos la piel de la ampolla hacia la periferia hasta que se rompa. En las palmas de las manos y las plantas de los pies, es necesario utilizar material quirúrgico cortante (bisturí), ya que la epidermis es mucho más gruesa. Una vez desbridada, la ampolla se cubrirá con un apósito de cura en ambiente húmedo, nunca con una gasa porque se pegará a la piel. La enfermera recomendará el apósito más adecuado para cada lesión, ya que existen diferentes tipos. Estos apósitos se pueden comprar en la farmacia y pedir la receta en el centro de salud, la mayoría de los apósitos están financiados por el CatSalut.

 

¿Cómo drenar una ampolla?
 
  • Lavarse las manos y la zona del cuerpo donde se encuentra la ampolla con agua y jabón y secarla suavemente.
  • Limpiar la ampolla con un antiséptico tópico, como una solución de clorhexidina al 1 %-2 %.
  • Limpiar una aguja limpia y puntiaguda con el antiséptico si no se dispone de una aguja estéril.
  • Usar la aguja para perforar la ampolla. Perforar la ampolla en varios puntos cerca del borde.
  • Drenar el líquido presionando con una gasa estéril.
  • Retirar la piel de la epidermis desvitalizada con la ayuda de una gasa o unas pinzas.
  • Cubrir la herida con un apósito adecuado en ambiente húmedo.
  • Revisar la zona cada 48 horas para comprobar que no haya infección.
    Quemadura segundo grado mano   Quemadura 2ºgrado superficial

 

Evolución

No dejan cicatrices importantes, solo un ligero cambio de coloración temporal debido a la diferencia de color con el tejido sano circundante. Se curan en entre 7 y 14 días.

 

3.3 Segundo grado profundas

 
Tratamiento

Igual que en el segundo grado superficial.

Quemadura segundo grado profunda  Quemadura segundo grado profunda

Evolución

Suelen dejar cambios en el color de la piel final, cicatrices permanentes y, en ocasiones, aparecen cicatrices con retracciones (encogimiento de la piel) y bridas (como cordones) que impiden los movimientos normales de las articulaciones y que pueden solucionarse con un tratamiento quirúrgico.

Se curan en entre 15 días y un mes. En las quemaduras extensas, es posible que se precise un autoinjerto (implante de tejido de la misma persona).

 

3.4  Tercer grado

 
Tratamiento

La mayoría de las lesiones requieren tratamiento quirúrgico con autoinjertos.

 

Evolución

La curación espontánea solo es posible en lesiones muy pequeñas. La cicatrización puede durar meses, con un resultado estético muy deficiente y con afectación de la movilidad articular, y en ocasiones los pacientes sufren la amputación de una parte del cuerpo.

Quemadura 3er grado  Quemadura 3º grado

 

4. Preparación del lecho de la herida

4.1 Control del tejido no viable 

4.2 Control de la infección y la inflamación

4.3 Control del exudado

4.4 Estimulación de los bordes epiteliales

4.5 Fomentar la cicatrización (R)

4.6 Situación social y factores relacionados con la persona (S)

 

La preparación del lecho de la herida es un concepto que define el procedimiento para el tratamiento integral de las heridas. Identifica las intervenciones necesarias para lograr las mejores condiciones para la eliminación o reducción de los obstáculos que dificultan el proceso de cicatrización y para la estimulación de los procesos biológicos que conducen a la fase de síntesis de nuevos tejidos, primero del tejido de granulación y luego de epitelización con el cierre de la herida. Es un concepto dinámico que debe adaptarse a las necesidades de la herida y al proceso de cicatrización.

La herramienta más utilizada por la enfermera para identificar los pasos a seguir para la preparación del lecho de la herida es el TIMERS, acrónimo en inglés, desarrollado en 2000 por Phalanga y Sibbald y actualizado por Atkin en 2019, que consta de 6 etapas:

  • T (tissue): control del tejido no viable
  • I (infection): control de la infección y la inflamación
  • M (moisture): control del exudado
  • E (edge): estimulación de los bordes epiteliales
  • R (regeneration): fomentar la cicatrización
  • S (social factors): situación social y factores relacionados con la persona

 

4.1  Control del tejido no viable (T)

La presencia de tejido desvitalizado, la acumulación de células de tejido muerto adheridas al lecho de la herida, es habitual en las heridas crónicas que no evolucionan hacia la cicatrización. El tejido desvitalizado constituye una barrera física en el proceso de cicatrización, prolonga el proceso inflamatorio, favorece el crecimiento de bacterias e impide la correcta valoración de la profundidad de la herida.

Podemos encontrar diferentes tipos de tejidos desvitalizados: tejido necrótico (tejido negro o marrón oscuro), esfacelo (tejido fibroso amarillo-blanco de consistencia blanda) y escara (placa definida de tejido parduzco o negro, gruesa, seca y sólida).

Esfacelo                                   Escara                                     Tejido necrótico

Tejido no viable Esfacelo    Tejido no viable - Escara     Tejido no viable - tejido necrótico

Para extraer el tejido desvitalizado, la enfermera utiliza diferentes técnicas de desbridamiento (proceso de extracción de tejido):

  • Quirúrgico (realizado por un cirujano en un entorno estéril en un quirófano).
  • Cortante (realizado por la enfermera con un bisturí en un centro de salud).
  • Mecánico (retirando apósitos húmedos o gasas que están secos en el tejido).
  • Larvario (con larvas estériles de la mosca Lucilia sericata).
  • Enzimático (con ungüentos enzimáticos que actúan eliminando el tejido desvitalizado).
  • Autolítico (desbridamiento natural con productos que aportan al tejido un ambiente húmedo para que el propio organismo elimine el tejido desvitalizado).
  • Osmótico (productos que llevan a cabo un intercambio de fluidos de diferente densidad y favorecen la eliminación del tejido desvitalizado).

Antes de iniciar el desbridamiento, se debe considerar lo siguiente: el estado de salud de la persona, las posibilidades de curación, las expectativas vitales, los problemas/beneficios para la persona, el control del dolor asociado antes y después del procedimiento, la vascularización de la zona y la localización de la herida.

A la hora de elegir un método de desbridamiento tendremos en cuenta: la rapidez en la eliminación del tejido desvitalizado, la presencia de carga bacteriana, las características del tejido desvitalizado, la profundidad y localización de la herida, la cantidad de tejido desvitalizado, la cantidad de exudado, el dolor, las posibles alteraciones de la coagulación, la selectividad del método de desbridamiento en los tejidos y el coste del procedimiento.

 

4.2  Control de la infección y la inflamación (I)

En la piel hay numerosos microorganismos, la mayoría de ellos bacterias no patógenas que se alimentan de la piel y ofrecen protección, esto es lo que se denomina microbiota cutánea.

La función protectora de la piel se pierde en presencia de una herida, lo que permite la entrada de microorganismos al interior del organismo, que pueden multiplicarse.

La mayoría de las bacterias provienen de la misma microbiota de la piel, pero en algunas situaciones pueden provenir del tubo digestivo, el aparato genital o las vías respiratorias, según la localización de la herida.

En las heridas crónicas se acepta la presencia de bacterias, pero esto no significa que todas las heridas estén infectadas. Actualmente se considera un proceso dinámico con 4 fases secuenciales: contaminación, colonización, colonización crítica e infección, dependiendo de la afectación en el proceso de cicatrización y del número de bacterias en los tejidos de la herida, es lo que se denomina el "continuum de la infección". Actualmente, los expertos han incorporado la biopelícula o "biofilm" en el proceso de la infección, presente en el 78 % de las heridas crónicas y responsable de las complicaciones y el retraso en la cicatrización.

control infección e inflamación  control de la infección e inflamación

Las bacterias se multiplican y penetran más profundamente en el tejido de la herida, la cicatrización se detiene y los tejidos se dañan. Aparecen los signos clásicos de infección: dolor, olor, calor local, enrojecimiento, inflamación y exudado purulento. En las heridas crónicas van acompañados de signos sutiles como hipergranulación (exceso de tejido de granulación que se eleva por encima de la superficie en el lecho de una herida), sangrado del tejido de granulación, aumento del tamaño de la herida, retraso en la cicatrización, dolor o aumento del dolor, mal olor.

 

4.3  Control del exudado (M)

En una herida, la lesión inicial desencadena la inflamación, una de las primeras etapas del proceso de cicatrización, aumenta la permeabilidad capilar para que los leucocitos (nuestras defensas inmunitarias) puedan migrar y los vasos sanguíneos permiten la salida de más líquido, siendo el exceso de líquido el que forma el exudado de la herida.

Se ha demostrado que mantener la humedad en el lecho de la herida acelera la epitelización, pero las condiciones de humedad o sequedad extremas afectan negativamente a la cicatrización. Por lo tanto, un objetivo importante en el tratamiento de la herida será lograr un lecho de la herida húmedo pero no macerado, en contacto prolongado con un exceso de humedad, la piel macerada adquiere un aspecto blanquinoso, suave y arrugado.
control exudado  control del exudado
En una herida aguda en proceso de cicatrización, la producción de exudado generalmente se reduce con el tiempo. En una herida que no cicatriza según el periodo de teimpo que se espera, la producción de exudado puede persistir y ser excesiva debido a la existencia continuada de procesos inflamatorios. El exceso de exudado de la herida contiene altos niveles de metaloproteinasas de la matriz, enzimas que destruyen las proteínas esenciales para la cicatrización.

La elevada producción de exudado puede responder a una amplia variedad de causas: puede deberse a una inflamación e infección de la herida o a una descompensación cardíaca y un edema periférico, entre otros. La baja producción de exudado, por otro lado, es una característica de las heridas crónicas de etiología isquémica o de un problema sistémico, como la deshidratación. Se deben tener en cuenta las características de absorción del apósito para garantizar un manejo adecuado del exudado de la herida.

Debe evitarse la cura en seco con gasas o la combinación con la cura de ambiente húmedo, como una tira de gasa como apósito principal en una herida con cavidades y un apósito de espuma con bordes adhesivos como apósito secundario, ya que no cumple con las indicaciones de cura en ambiente húmedo.

  

4.4  Estimulación de los bordes epiteliales (E)

Los bordes de la herida deben estar siempre libres de tejido desvitalizado, y la piel perilesional íntegra, para que se produzca la cicatrización.

herida  Estimulación bordes epiteliales  Estimulación bordes epiteliales

 

4.5 Fomentar la cicatrización (R)

En algunas ocasiones, para fomentar la cicatrización de heridas, utilizamos terapias avanzadas, como el colágeno, las células madre, los factores de crecimiento, el oxígeno, la terapia de presión negativa o los injertos.

 

4.6 Situación social y factores relacionados con la persona (S)

Se reconoce la importancia de valorar la participación de la persona en la adherencia al tratamiento, así como de su entorno de cuidado y familiar, para aumentar la posibilidad de cicatrización de la herida.

 

5. Recomendaciones específicas:

 

Muchas heridas leves son tratadas por el paciente o por un familiar o cuidador sin acudir al centro de salud, pero hay una serie de criterios que indican la necesidad de ser evaluadas por un profesional de la salud.

Heridas que deben ser evaluadas por un profesional de la salud:

  • Heridas con sangrado que no cesa.
  • Heridas extensas o profundas que pueden afectar a los órganos internos.
  • Heridas causadas por electricidad o productos químicos.
  • Heridas incisas que requieren puntos de sutura.
  • Heridas con presencia de cuerpos extraños y objetos clavados (anzuelos, herramientas, etc.).
  • Heridas por mordedura (perro, gato, persona, etc.).
  • Heridas infectadas (visualización de los signos clínicos de la infección: inflamación, dolor, mal olor, calor local o presencia de pus).
  • Heridas que no cicatrizan en el tiempo esperado (entre los 7 y 14 dias).
  • Heridas con exceso de exudado.

 

 

6. Higiene

Los estudios actuales muestran que ducharse en pacientes con heridas no representa un aumento o una disminución de la infección de la herida, aunque puede beneficiar al paciente al mejorar su sensación de bienestar y salud asociada con la limpieza.

Si la herida está muy sucia, es necesario lavarla con agua y jabón siempre que se aclare muy bien después. Hay que tener cuidado con el jabón que utilizamos, ya que algunos no son aptos para limpiar heridas y pueden retrasar la cicatrización; utilizar un jabón líquido pH neutro.

Para proteger la herida del agua disponemos de apósitos impermeables que tienen un film de poliuretano y para proteger el vendaje del brazo o la pierna disponemos de protectores impermeables que permiten ducharse con total comodidad evitando que se moje el vendaje.

Para limpiar la herida, los profesionales de la salud recomiendan el suero fisiológico, ya que ofrece una serie de ventajas porque es isotónico, es decir, tiene la misma proporción de sales que los fluidos corporales y no altera la proporción de líquidos en el lecho de la herida.

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Control de la situación de salud
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Fuentes de información

Actualmente tenemos mucha información de rápido acceso en Internet y las redes sociales. Sin embargo, las noticias falsas, los bulos y las estafas por Internet son cada vez más habituales y también afectan a los problemas relacionados con la salud.

La iniciativa «Salud sin bulos» de la Asociación de Investigadores en eSalud surge con la intención de mejorar la calidad de la información sobre salud física y mental en la red.

El III Estudio sobre bulos y fraudes en Internet, realizado por la Asociación de Internautas (AI), revela que el 90 % de los usuarios de Internet afirman haber leído información falsa o poco fundamentada en la red. El informe detalla que este tipo de datos falsos se refieren principalmente a cuestiones relacionadas con la salud y la alimentación (32,5 %).

¿Qué debemos hacer?

  • Es necesario comprobar la fuente de la información y asegurarse de que ha sido difundida por un organismo oficial.
  • Preguntar a un profesional de la salud antes de tomar medidas.

En los últimos años, se han desarrollado diferentes instrumentos con este fin, que permiten medir la calidad de los sitios web de salud, como el Cuestionario para evaluar páginas web sanitarias según criterios europeos.

Situaciones de vida relacionadas
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El ser humano, a lo largo de la vida, pasa por una serie de etapas en su evolución como persona. En este viaje se producen situaciones de riesgo, en las que con mucha frecuencia se producen lesiones.

  1. Infancia
  2. Adolescencia
  3. Edad adulta
  4. Vejez

 

1. Infancia

En la infancia, la falta de conciencia del riesgo da lugar a una exposición continua a situaciones que pueden provocar lesiones. Una de las tareas más importantes de los padres o cuidadores en estos momentos es proteger al niño y, sobre todo, enseñarle a prevenirlas.

Si bien a partir de cierta edad es educativo y divertido compartir con los niños las tareas de preparación de la comida, la cocina es un lugar potencialmente peligroso para ellos, por lo que en ocasiones es necesario evaluar sus capacidades para decidir las tareas que pueden realizar.

En todas las situaciones, es necesario establecer las medidas de seguridad adecuadas para evitar lesiones por quemaduras o cortes, que son las más frecuentes en el entorno doméstico.

 

2. Adolescencia

En la adolescencia, el descubrimiento del mundo y la sensación de competencia, especialmente en los chicos, hacen que se estén forzando los límites constantemente.

Las lesiones que sufren con mayor frecuencia son las que se producen en sus actividades de ocio, cuando van en bicicleta o en moto, durante el uso de petardos, etc. El cumplimiento de las normas de seguridad vial y de pirotecnia es la mejor forma de prevención.

 

3. Edad adulta

En la etapa adulta, la mayoría de las lesiones se producen, en el caso de las mujeres, en el ámbito doméstico, y en el caso de los hombres, en el ámbito laboral. La concentración y la adopción de las medidas de seguridad adecuadas para cada tipo de trabajo a la hora de realizar tareas repetitivas es la mejor forma de evitar accidentes.

También cabe destacar, en personas de ambos sexos, las producidas en accidentes de tráfico. La velocidad excesiva y el incumplimiento de las normas de circulación son sus principales causas. El cumplimiento de las normas de seguridad laboral y vial es la mejor forma de prevención.

 

4. Vejez

En la vejez, la principal causa de la producción de lesiones es la pérdida gradual de las funciones corporales (alteración de la marcha y el equilibrio, debilidad muscular, deterioro cognitivo o déficit visual y auditivo, entre otros), ya sea por el deterioro evolutivo normal propio del envejecimiento o por las enfermedades crónicas que producen estas pérdidas.

En estos casos, la mejor manera de prevenir las situaciones de riesgo es mejorar la calidad de vida de las personas, con intervenciones comunitarias basadas en el ejercicio físico y funcional, adaptaciones ambientales y seguimiento de las enfermedades crónicas.

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Factores y conductas de protección
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  1.  Prevención de las heridas

    1.1 Accidentes en el hogar; 1.2 Accidentes de tráfico; 1.3 Accidentes en el entorno laboral; 1.4 Accidentes en actividades de ocio y tiempo libre

  2. Profilaxis antitetánica de las heridas

    2.1 Vacunación sistemática; 2.2 Pauta de primera vacunación para adultos; 2.3 Pauta de revacunación para adultos; 2.4 Recomendaciones para la prevención del tétanos en caso de herida; 2.5 Reacciones adversas de la vacuna

 

1. Prevención de las heridas

La prevención es la mejor forma de tratar las heridas. Muchas de las lesiones se producen por diferentes factores de riesgo, como los personales, por equipamientos o por comportamientos incorrectos, y son fáciles de evitar o reducir. Prevenir lesiones significa prever y anticipar los peligros, evaluar los riesgos y adoptar medidas antes de que ocurra un accidente.

Los accidentes que tienen como consecuencia una lesión se producen en los siguientes contextos: en el hogar, en el entorno laboral, en actividades de ocio y tiempo libre y en accidentes de tráfico.

 

1.1  Accidentes en el hogar

La cocina, El baño, El dormitorio, Aparatos eléctricos, Escaleras

 

La cocina

En la cocina suele haber varios objetos cortantes o afilados, como cuchillos, tijeras, navajas, agujas, etc. que deben manipularse con precaución y almacenarse adecuadamente después de su uso. En cuanto a los niños, y según la edad, hay que enseñarles su correcto manejo y nunca deben dejarse a su alcance hasta que sepan utilizarlos correctamente.

Qué hay que hacer:

  • Colocar los objetos de uso frecuente en lugares accesibles donde se puedan alcanzar sin tener que utilizar un taburete o una escalera.
  • Mantener los productos de limpieza fuera del alcance de los niños y en sus envases originales o debidamente etiquetados.
  • Usar ropa adecuada para cocinar, evitar las mangas anchas y las telas vaporosas o inflamables.
  • Poner al fuego todos los recipientes con líquidos calientes con los mangos o asas hacia adentro, para que no sobresalgan.
  • Al encender el horno de gas, primero hay que abrir la puerta y luego el grifo del gas, nunca al revés.
  • Utilizar siempre manoplas para abrir el horno.
  • Cabe recordar la importancia de utilizar extractores de humos durante la cocción.
  • Controlar el correcto funcionamiento de las ollas a presión, ollas rápidas, planchas eléctricas y otros utensilios de cocina.
  • Todos los aparatos eléctricos deben desconectarse después de su uso. Tampoco deben limpiarse ni humedecerse si todavía están enchufados.
  • Encender el fuego de chimeneas, barbacoas, etc. con material específico para este uso, evitando el alcohol u otros líquidos inflamables que conlleven el peligro de quemaduras.
  • Los aerosoles o productos con alcohol no deben usarse cerca de las llamas, ya que suelen ser gases altamente inflamables y pueden explotar.

 

El baño

En el baño las lesiones más frecuentes son las provocadas por una caída, un golpe o una herida. Para evitarlo, especialmente en el caso de personas con movilidad reducida, el baño debe estar adaptado con asas o barandas que permitan sujetarse y moverse de forma segura, especialmente en la entrada y salida de la bañera o ducha.

Qué hay que hacer:

  • Debe retirarse cualquier alfombrilla que no sea antideslizante dentro y fuera de la bañera.
  • Debe evitarse la acumulación de vapor con una buena ventilación. El exceso de vapor en el baño puede provocar lipotimias.
  • Nunca se deben usar aparatos eléctricos en el baño cuando haya exceso de humedad.
  • En el baño hay que tener en cuenta la temperatura del agua, especialmente en el caso de personas con sensibilidad térmica disminuida, bebés o niños pequeños y personas mayores, que pueden quemarse fácilmente con agua excesivamente caliente. La prevención implica establecer un sistema de control, ya sea mediante un dispositivo para regular la temperatura del agua que sale del grifo o con el uso de un termómetro de agua en el baño. Si no se dispone de este tipo de grifo, como medida de precaución siempre se debe abrir primero el agua fría, y después ir abriendo el agua caliente hasta alcanzar la temperatura deseada y, al terminar, proceder al revés, cerrando primero el agua caliente y por último el agua fría.

 

El dormitorio

Qué hay que hacer:

  • En el dormitorio, se debe evitar colocar objetos alrededor de la cama que impidan la entrada o la salida.
  • Debe recordarse que hay que encender siempre la luz si una persona se levanta por la noche para ir al baño.
  • Es necesario sentarse en la cama un rato antes de ponerse de pie, y levantarse lentamente para evitar mareos.
  • Siempre debe haber una luz encendida entre la habitación y el baño si se tiene la costumbre de levantarse por la noche para ir al baño.
  • Si se tiene una alfombra, debe estar fijada al suelo o ser antideslizante.
  • No se debe dormir con las estufas encendidas, especialmente si son de gas y llama viva.
  • Las bolsas de agua caliente deben estar bien cerradas y protegidas con una toalla o algo de ropa, para que no toquen la piel directamente.

 

Aparatos eléctricos

Qué hay que hacer:

  • Los enchufes no deben sobrecargarse con ladrones o regletas con enchufes múltiples (especialmente para dispositivos que tienen un gasto importante de energía eléctrica: lavadora, plancha, etc.), ya que pueden sobrecalentarse hasta el punto de generar un incendio.
  • El cableado eléctrico debe ser adecuado a la intensidad de la corriente y estar en buenas condiciones, de lo contrario podría ser la causa de un cortocircuito.
  • Proteger los enchufes con tapas especiales que impidan la posible introducción de los dedos o utensilios.
  • Nunca se debe manipular la electricidad con las manos o los pies húmedos o mojados, ni ir descalzo.
  • Nunca desenchufar un aparato eléctrico tirando del cable.
  • Evitar acercarse demasiado a estufas y fuentes de calor, separándolas al menos un metro de la persona o de cualquier material fácilmente combustible, ya que podrían producir quemaduras por un calentamiento excesivo prolongado o por el incendio de la ropa.
  • No manipular un aparato sin desenchufarlo.
  • Tener cuidado con los niños y las mascotas, se debe evitar que los aparatos eléctricos estén a su alcance y proteger los enchufes.
  • Los aparatos eléctricos utilizados en la cocina y el baño deben estar bien secos y alejados del agua (bañera, etc.).

 

Las escaleras

Qué hay que hacer:

  • Sujetarse a la barandilla al subir o bajar escaleras.
  • Siempre bajar o subir las escaleras con la luz encendida.
  • Retirar todos los objetos que puedan provocar tropiezos.
  • Usar calzado cómodo, bien ajustado y con suelas de goma.

 

1.2  Accidentes de tráfico

En el caso de los accidentes de tráfico, el cumplimiento de las normas de circulación es la mejor forma de prevención.

Qué hay que hacer:

  • Mantenerse a una distancia segura del vehículo de delante.
  • No consumir bebidas alcohólicas, drogas o medicamentos psicoactivos antes de conducir.
  • Respetar las señales de tráfico.
  • No utilizar dispositivos móviles.
  • No sobrepasar los límites de velocidad.
  • Mantener el vehículo en buenas condiciones.
  • Utilizar el cinturón de seguridad.
  • Utilizar sistemas de retención infantil apropiados para la edad.
  • En el caso de conducir una moto, bicicleta o patinete, se debe tener en cuenta el uso correcto del casco, de talla adecuada y bien atado, además de vestirse con ropa y calzado adecuados para minimizar las lesiones en caso de caída.
  • Mantener períodos de descanso en los viajes largos.

 

1.3  Accidentes en el entorno laboral

Un accidente de trabajo se define, en la Ley General de la Seguridad Social, como cualquier lesión corporal sufrida por un trabajador con causa o como resultado del trabajo realizado por cuenta ajena. Para evitar accidentes en el entorno laboral, se deben cumplir estrictamente las normas de seguridad laboral. Hay que tener en cuenta que las situaciones de estrés o precariedad en el trabajo favorecen que quienes las padecen sean víctimas frecuentes de accidentes y lesiones.

Qué hay que hacer:

  • Revisar periódicamente los hábitos de trabajo para detectar posibles acciones que puedan generar riesgos.
  • Informar a la unidad de Prevención de Riesgos Laborales del centro de trabajo.
  • Las salidas, las zonas de paso, las vías de evacuación y los espacios de trabajo deben mantenerse siempre libres de objetos y líquidos o sustancias resbaladizas.
  • Utilizar las herramientas y el equipo de trabajo adecuados a la tarea que se va a realizar y para la que han sido diseñados. Respetar las instrucciones de uso y mantenimiento.
  • Si se detectan anomalías en alguna máquina o herramienta durante su funcionamiento, manipulación o inspección visual, informar al Responsable de Seguridad y Salud Laboral del centro.
  • Usar los equipos de protección individual (guantes, casco, protectores auditivos, etc.) necesarios para protegerse de los riesgos a los que se está expuesto.

 

1.4  Accidentes en actividades de ocio y tiempo libre

Durante las actividades de ocio y tiempo libre son más frecuentes las quemaduras por exposición al sol, las picaduras de insectos, las caídas y las pequeñas heridas.

 

Quemaduras por exposición al sol

La exposición excesiva al sol es un riesgo importante para la salud que puede provocar quemaduras en la piel.

Ningún protector solar ofrece protección contra la radiación UVB y UVA, y no se puede garantizar una protección total contra los riesgos que la radiación ultravioleta conlleva para la salud. La única manera de evitar por completo el daño solar es evitar la exposición y, cuando no se haga, tomar las medidas de protección adecuadas que se describen a continuación para tratar de disminuir el riesgo.

Quemadura exposición al sol

Qué hay que hacer:

  • Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día (de 12 a 16 horas), así como las exposiciones prolongadas o las siestas al sol.
  • Disminuir las partes del cuerpo expuestas directamente al sol. La ropa ligera, las camisas de punto grueso y los pantalones largos bloquearán la mayor parte de la radiación solar. Las prendas más cómodas en climas cálidos son las camisas de algodón de colores claros. La ropa debe ser cómoda y no demasiado ajustada.
  • Se recomienda cubrir la cabeza con sombreros o gorras.
  • El sol también puede dañar los ojos, por lo que se recomienda utilizar gafas de sol homologadas que filtren al menos el 90 % de la radiación ultravioleta (UV).
  • Usar productos con factor de protección solar (FPS) con un factor alto (30-50) y apropiados para la edad, el tipo de piel (cuanto más clara, mayor es el FPS necesario para garantizar una protección solar adecuada) y la zona del cuerpo, y que sean resistentes al agua. Leer atentamente las instrucciones del producto y aplicarlo de acuerdo con las instrucciones. Usar un protector solar que proteja al menos de la radiación UVB (a menudo indicada como FPS), causante de quemaduras solares; y de los rayos UVA (a menudo indicados con las siglas UVA enmarcadas en un círculo), los principales responsables del envejecimiento prematuro de la piel. Estos dos tipos de radiación también afectan al sistema inmunitario y contribuyen al riesgo de cáncer de piel.
  • Estos protectores deben aplicarse en cantidad suficiente y uniforme sobre la piel seca, 30 minutos antes de la exposición al sol, y renovarse cada dos horas y después de cada baño, de sudar, bañarse o secarse. No usar protectores solares que hayan estado abiertos desde el año anterior.
  • Tener cuidado al exponerse en el agua y dentro de ella, ya que la radiación puede penetrar hasta un metro en aguas cristalinas.
  • Extremar las precauciones en las partes del cuerpo más sensibles al sol: cara, cuello, calva, hombros, escote, orejas, manos y empeines. La protección de los labios debe hacerse con lápiz labial o barras fotoprotectoras.
  • Proteger especialmente a los niños, ya que son muy sensibles a la exposición al sol. También se debe evitar que los niños menores de 3 años se expongan al sol. Es necesario utilizar cremas con un factor solar elevado (se recomiendan factores de protección solar superiores a 50).
  • Tener en cuenta que durante las vacaciones los niños pueden estar expuestos al sol, por lo que se debe introducir el protector solar en la rutina diaria de cuidado de la piel del menor. Hacer que beban agua con frecuencia ya que el riesgo de deshidratación y presentación de golpes de calor aumenta.
  • Si se toma medicación, comprobar que no aumente la sensibilidad de la piel a la radiación ultravioleta.
  • Cabe recordar que el riesgo de quemaduras solares aumenta con la altura (cada 300 metros, la potencia de la radiación ultravioleta aumenta un 4 %), por lo que en la montaña es necesario seguir los mismos consejos para protegerse del sol.
  • Usar protector solar incluso en días nublados. La radiación UV se refleja en el agua, la arena, la hierba y la nieve, también en los días nublados.

    Infografia Como actuar ante una quemadura solar

 

Picaduras de insectos

Durante el desarrollo de las actividades al aire libre es habitual sufrir picaduras de mosquitos, arañas, avispas, abejas y otros insectos y, en algunos casos, picaduras de otros animales en su hábitat natural, o de medusas en el mar.

Qué hay que hacer:

  • Picaduras de medusas

    Las picaduras de medusas se distinguen por el hecho de que aparecen en la playa. La reacción de urticaria (tipo roncha sobreelevada) puede tener la forma alargada del tentáculo.

    Nunca deben tocarse, ni siquiera cuando están a la orilla del mar, ya que liberan el mismo líquido urticante y provocan las mismas lesiones.
    Picada de medusa

    Se recomienda
    limpiar con agua salada, y retirar, con unas pinzas, los tentáculos que hayan quedado adheridos a la piel. La desinfección debe realizarse con un antiséptico (clorhexidina 1 %-2 %), aliviar el dolor con paracetamol o ibuprofeno, colocar una bolsa de hielo envuelta en un pañuelo durante 10 minutos sobre la picadura y, para la picazón, se pueden administrar antihistamínicos orales o en crema.
 
  • Picaduras de abeja o avispa 

    Las avispas y las abejas producen una reacción inflamatoria, con más dolor que picor. Suelen ser lesiones únicas, y se puede ver la picadura, en el caso de la avispa, o incluso el resto del aguijón en el caso de las abejas. Aparece una sensación de ardor, una inflamación progresiva de intensidad e irritación variables y un picor posterior, que puede durar desde unas pocas horas hasta 5-7 días.

    Es muy importante decirles a los pequeños que se mantengan alejados de los panales o nidos, que no corran si el insecto está cerca ni caminen descalzos en zonas con pasto o flores.

    Se recomienda limpiar inmediatamente la zona con agua y jabón, retirar el aguijón en la picadura de abeja y aplicar una bolsa de hielo envuelta en un pañuelo para bajar la hinchazón y aliviar el picor. Desinfectar la lesión con un antiséptico (clorhexidina 1 %-2 %). Para la picazón intensa, se pueden tomar antihistamínicos por vía oral.

  • Pulgas y chinches

    Las pulgas o chinches suelen producir de 3 a 4 picaduras agrupadas o en línea recta en la misma zona, aquella en la que el insecto entra en contacto con la piel de la persona. Aparecen picor, hinchazón y enrojecimiento en la piel circundante.

    Se recomiendan antihistamínicos orales o en crema para la picazón intensa y pomadas de hidrocortisona para la inflamación de las lesiones, según la valoración e indicación de un profesional de la salud.*

  • Garrapatas

    La picadura de la garrapata inocula con la saliva una sustancia anestésica que hace que la picadura sea indolora. Solo un pequeño porcentaje puede transmitir infecciones como la enfermedad de Lyme o la fiebre botonosa mediterránea, entre otras. El peligro de la enfermedad de Lyme se debe a que, si no se detecta en las primeras etapas, da paso a una sintomatología más grave similar a la de la meningitis, con alteraciones neurológicas. Se caracteriza por la aparición de eritema alrededor de la picadura en forma de diana con círculos rojizos concéntricos y por síntomas parecidos a los de la gripe.

    La garrapata debe retirarse lo antes posible, ya que cuanto más tiempo pasa, mayor es la probabilidad de infección. El parásito debe extraerse por completo; para ello, el parásito debe atraparse lo más cerca posible de la piel con unas pinzas de punta fina. A continuación, debe estirarse suavemente hacia arriba, sin girar ni retorcer la pinza. Hay que procurar no aplastar el cuerpo, para que el contenido no acabe siendo expulsado por la parte que está adherida a la piel.

    Se recomienda, una vez retirada la garrapata, limpiar con agua y jabón y aplicar un antiséptico (clorhexidina 1 %-2 %). Introducir el parásito en un frasco cerrado con un papel humedecido en agua por si fuera necesario analizarlo en el laboratorio y observar atentamente la sintomatología por si fuera necesario consultar a un profesional de la salud.

  • Mosquitos

    Los mosquitos producen picaduras de pequeño tamaño, rojizas y con una discreta elevación, con una intensa reacción de picor. Suelen aparecer en zonas expuestas (aunque en el caso del mosquito tigre puede atravesar las telas de la ropa), y se suele observar una roncha circular u ovalada típica.
    Picadura de mosquito

    El uso de repelentes químicos es efectivo, pero aunque no se ha demostrado su toxicidad, generalmente no se recomienda su administración tópica a niños menores de dos años. Lo que sí se podría utilizar son repelentes naturales, como la citronela, que no presentan toxicidad, aunque la eficacia y la duración del efecto son menores.

    Se recomienda limpiar con agua y jabón y aplicar una bolsa de hielo envuelta en un pañuelo para bajar la hinchazón y aliviar el picor. Administrar antihistamínicos orales o en crema para el picor intenso y pomadas de hidrocortisona para la inflamación de las lesiones, según la valoración e indicación de un profesional de la salud.

    Infografía Me ha picado un insecto
 

 

Choque anafiláctico

En caso de ser alérgico al animal que produce la picada, la reacción pasa de local a sistémica, con la posibilidad de desarrollar anafilaxia, por lo que la gravedad aumenta.

Los síntomas son muy variables y aparecen en los primeros 5 minutos:

  • Urticaria generalizada, con ronchas en la piel.
  • Angioedema: inflamación de la cara y el cuello que afecta a las vías respiratorias (úvula) y dificulta la respiración.
  • Pueden aparecer síntomas digestivos, como vómitos.
  • En estos casos, es necesario acudir, de forma inmediata, al servicio de urgencias.
  • Si ya se sabe que se es alérgico, se recomienda llevar siempre consigo un kit de jeringas precargadas de adrenalina autoinyectable (también llamada epinefrina).

Si se tiene una picadura con una reacción sistémica, su inyección intramuscular o subcutánea aplicará la dosis correspondiente en función del peso del niño.

El fármaco inicial debe ser la adrenalina; el resto del tratamiento, como los antihistamínicos tópicos o sistémicos o los corticosteroides, se considera de segunda línea.

 

Caídas

Las caídas en el tiempo de ocio están estrechamente relacionadas con la práctica de ejercicio al aire libre: bicicletas, paseos por la montaña, uso de patines o la práctica de algún deporte, etc.

Qué hay que hacer:

  • Usar un casco al ir en bicicleta para evitar lesiones en la cabeza y, en los patines, también férulas en las palmas de las manos para proteger las muñecas.
  • Realizar deporte o senderismo en la montaña en grupo y llevar siempre un móvil para estar localizable si se tiene una lesión grave.
  • Seleccionar cuidadosamente la ropa y el calzado adecuados para cada actividad física y estación del año.
  • Hacer ejercicios de estiramiento antes y después de la actividad física.
  • Llevar una botella de agua para mantenerse bien hidratado durante el ejercicio.
  • Consultar y prestar atención a las recomendaciones meteorológicas cuando se planifique una actividad al aire libre.

 

2. Profilaxis antitetánica de las heridas

La profilaxis antitetánica mediante la vacunación antitetánica es la estrategia más eficaz para la prevención de la enfermedad tetánica, ya que el control de la enfermedad solo se logra con la vacunación.

La alta cobertura de la vacunación contra el tétanos ha reducido la incidencia y la mortalidad del tétanos en España. En los últimos años, la incidencia está disminuyendo y los casos se diagnostican en personas no vacunadas o con pautas de vacunación incompletas.

El calendario de vacunación de por vida recomienda la vacunación contra el tétanos con una serie primaria de 3 dosis a los 2, 4 y 11 meses de edad, dos dosis de refuerzo, una a los 6 años y otra a los 14 años, y revisar la pauta de vacunación alrededor de los 65 años. Los adultos bien vacunados, con al menos 5 dosis, recibirán una sola dosis de refuerzo, mientras que en los vacunados de forma incompleta se actualizará la vacunación hasta completar las 5 dosis.

En España, el tétanos tiene una incidencia anual de entre 0,01 y 0,03 casos por cada 100 000 habitantes. El año 2018 se declararon 6 casos de tétanos en la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, 2 hombres y 4 mujeres; 4 casos tenían entre 35 y 64 años y 2 tenían más de 64 años. Los antecedentes de exposición incluyeron heridas punzantes, algunas contaminadas con aguas residuales, y el uso de drogas inyectables. Todos estaban sin vacunar o estaban vacunados de manera insuficiente. Por otro lado, en los recién nacidos, el último caso declarado en España se notificó en Melilla en 2006, en una niña nacida en parto domiciliario en Marruecos.

 

2.1  Vacunación sistemática

La vacunación infantil se realiza con la vacuna hexavalente (que contiene antígenos contra la difteria, el tétanos, la tosferina, la poliomielitis, Haemophilus influenzae tipo b y la hepatitis B) y se administran tres dosis a los dos, cuatro y once meses. Posteriormente, se administran dos dosis de refuerzo a los seis y catorce años, la DTPa-PI (contra la difteria, el tétanos, la tosferina y la poliomielitis) y la Td (contra el tétanos y la difteria en adultos), respectivamente, según lo registrado en el calendario de vacunación.

En los niños vacunados según el calendario anterior, a los 2, 4 y 6 meses, la vacunación a partir de los seis años se realiza con la vacuna dTpa. Con la vacunación contra la tosferina en mujeres embarazadas con la vacuna dTpa también se fortalece la inmunidad contra el tétanos. Además, para proteger a las personas durante toda la vida, también es necesario administrar dos dosis más de la vacuna contra el tétanos a los cuarenta y a los sesenta y cinco años.

Los adultos no vacunados, es decir, aquellos que nunca han recibido una dosis de la vacuna, deben recibir tres dosis de la vacuna: la primera, lo antes posible; la segunda, con un intervalo de al menos cuatro semanas después de la primera dosis, y la tercera, al menos seis meses después de la segunda dosis.

 

2.2  Pauta de primera vacunación para adultos

 

Adultos que no hayan recibido dosis anteriores
Vacuna Td 1.ª dosis Vacuna Td 2.ª dosis Vacuna Td 3.ª dosis
Lo antes posible Al menos 4 semanas después de la primera dosis Al menos 6 meses después de la segunda dosis

Td: vacuna antitetánica y antidiftérica

Y, posteriormente, deben recibir dosis de refuerzo 10 años después de la tercera dosis y 10 años después de la cuarta dosis, para hacer un total de cinco dosis. Estas dos últimas dosis (la cuarta y la quinta) se pueden administrar en un intervalo mínimo de un año entre la tercera y la cuarta dosis y entre la cuarta y la quinta dosis.

 

2.3  Pauta de revacunación para adultos

  Vacuna Td 1.ª dosis de recuerdo (4.ª dosis) Vacuna Td 2.ª dosis de recuerdo (5.ª dosis)
Primera vacunación en adultos 
(intervalos mínimos recomendados)
10 años después de la 3.ª dosis 10 años después de la 4.ª dosis
Intervalo mínimo válido entre dosis 12 meses después de la 3.ª dosis 12 meses después de la 4.ª dosis

Td: vacuna antitetánica y antidiftérica

 

En los adultos, para que se considere que se tiene una vacunación antitetánica completa, se deben haber recibido 5 dosis y se deben valorar todas las dosis administradas, tanto las de la vacunación sistemática como las administradas para la profilaxis de una herida, una intervención quirúrgica o, en el caso de una mujer, las del embarazo; nunca se debe reiniciar la pauta.

 

2.4  Recomendaciones para la prevención del tétanos en caso de herida

  • Heridas con riesgo potencial de infección por tétanos: heridas o quemaduras con un grado significativo de desvitalización de tejido; úlceras gangrenosas crónicas; heridas punzantes (especialmente cuando ha habido contacto con tierra o estiércol), contaminadas con un cuerpo extraño, fracturas con herida, mordeduras humanas o animales, congelaciones, aquellas que requieren intervención quirúrgica y esta se retrasa más de 6 h, y aquellas que se presenten en pacientes con sepsis. Se han descrito casos asociados a tatuajes y piercings.
  • Las heridas con alto riesgo de tétanos son aquellas contaminadas con una gran cantidad de material que puede contener esporas y/o que presentan grandes áreas de tejido desvitalizado. Recibirán siempre una dosis de inmunoglobulina independientemente de su estado de vacunación.
  • Herida quirúrgica. El tétanos tras una intervención quirúrgica es excepcional en nuestro ámbito. El origen puede ser endógeno (<10 % de las personas tienen Clostridium tetani en las heces) en una cirugía que puede contaminarse con contenido intestinal, o exógeno en el caso de heridas contaminadas. Los diabéticos y las personas que se inyectan drogas corren un mayor riesgo.
Antecedentes vacunales Herida limpia Herida con riesgo potencial de tétanos
  Vacuna Td o dTpa IgT Vacuna Td o dTpa IgT4
Vacunación desconocida o incompleta 1 No
Vacunación correcta No2 No No3 No

Td: vacuna antitetánica y antidiftérica

dTpa: vacuna antidiftérica, antitetánica y antipertussis acelular (para adultos)

IgT: inmunoglobulina antitetánica

Para iniciar o completar la vacunación.

Sí, si han pasado más de 10 años desde la última dosis.

Sí, si han pasado más de 5 años desde la última dosis.

4 Con respecto a las personas inmunodeprimidas y a los usuarios de drogas por vía parenteral, se les debe administrar una dosis de IgT en el caso de heridas con riesgo de tétanos, independientemente del estado de vacunación.

 

Si es necesario administrar el toxoide y la inmunoglobulina al mismo tiempo, es necesario poner las inyecciones en diferentes lugares.

 

2.5  Reacciones adversas de la vacuna

La mayoría de las reacciones adversas son locales, como dolor, eritema e hinchazón o induración en el lugar de la inyección. Si se sienten molestias en el brazo o en la zona de la punción, aplicar frío local. Se pueden usar acumuladores de frío de neveras portátiles o bolsas de hielo protegidas con un paño limpio para evitar quemaduras en la piel. 

reacción vacuna  Reacción adversa a la vacuna

Con baja frecuencia se producen fiebre, cefalea, mialgias o náuseas. Se puede tomar un antitérmico o analgésico como el paracetamol con la frecuencia recomendada por el profesional de la salud.

Pueden producirse reacciones de hipersensibilidad local (denominadas reacción de Arthus) en relación con el número de dosis recibidas, por lo que es importante no administrar la vacuna con una frecuencia superior a la recomendada y mantener los intervalos de administración de las dosis.

Qué hacer si la vacuna me hace reacción

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Factores y conductas de riesgo
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Como hemos mencionado anteriormente, el proceso de cicatrización de la herida puede verse alterado por varios factores, que podemos clasificar en: 

  1. Factores generales
  2. Factores locales

 

1. Factores generales

Son factores atribuidos a la persona y que influyen en el proceso de cicatrización; se incluyen los factores físicos, psicológicos y sociales.

1.1 Factores físicos

Se ha demostrado que factores físicos como la diabetes mellitus, la obesidad, la malnutrición, la edad avanzada (más de 60 años), la isquemia, la hipovolemia, el cáncer, la insuficiencia orgánica, las infecciones e incluso las limitaciones de la movilidad afectan a la cicatrización. Por lo tanto, un elemento fundamental del tratamiento de las heridas será lograr, en la medida de lo posible, un buen control de la enfermedad. Si la enfermedad no se puede corregir o es difícil de controlar, la cicatrización de la herida se retrasa.

  • Localización anatómica
    Hay zonas que se regeneran por completo, como las encías, y otras con un proceso de cicatrización más deficiente, como la espalda o el tórax.
  • Edad
    Se ha observado que el proceso de cicatrización es mucho más lento en las personas de edad avanzada. Con la edad, la estructura de la piel se va modificando y va perdiendo su capacidad de regeneración. Las glándulas sebáceas y sudoríparas tienen menos actividad y la producción natural de colágeno y elastina disminuye, al igual que el ácido hialurónico, por lo que la piel presenta más signos de sequedad y menos elasticidad. Por otro lado, la circulación se ralentiza y el suministro de sangre es deficiente, por lo que la piel recibe menos oxígeno y nutrientes.

    Asimismo, en los niños, debido a la inmadurez de la piel, la reparación cutánea también se ve afectada.
  • Sexo
    Las mujeres fértiles cicatrizan peor que las mujeres posmenopáusicas y los hombres, debido a la influencia de los estrógenos, que actúan inhibiendo la síntesis del tejido de granulación.
  • Raza
    La raza negra tiene una mayor tendencia a la formación de cicatrices hipertróficas que la raza blanca.
  • Tabaquismo
    Altera la función plaquetaria, disminuyendo el tiempo de formación de coágulos, altera la microcirculación y produce un déficit de oxigenación tisular.
  • Alcoholismo crónico
    Disminuye la resistencia de la piel a las agresiones internas y externas.
  • Estado nutricional
    La carencia de proteínas en la dieta prolonga la fase inflamatoria y retrasa la síntesis de colágeno y la formación de nuevos vasos sanguíneos.

    Las vitaminas A y C son elementos muy importantes en la síntesis de colágeno. Su disminución o falta en la dieta provocará un retraso en todo este complejo proceso.

    La deficiencia de oligoelementos (hierro, cobre, zinc, arginina) también conlleva un retraso en la cicatrización.
  • Diabetes mellitus
    Provoca alteraciones vasculares, disminución del oxígeno en los tejidos y riesgo de infección.
  • Infecciones
    Algunas bacterias se alimentan del tejido recién formado y provocan un aumento de las sustancias que destruyen el colágeno.
  • Hipovolemia (disminución del volumen sanguíneo circulante)
    La disminución del flujo sanguíneo en los tejidos ralentiza todos los procesos de cicatrización.
  • Trastornos de la tiroides (exceso o deficiencia de hormonas de la glándula tiroides)
    El hipertiroidismo aumenta la descomposición del colágeno y disminuye la colagenogénesis, es decir, la formación de nuevo colágeno.

    El hipotiroidismo retrasa ambas fases, la descomposición del colágeno y la colagenogénesis.
  • Alteraciones cutáneas
    Las personas que tienen glándulas sebáceas hiperactivas, psoriasis, dermatitis seborreica y/o eccema tienen una mayor tendencia a generar cicatrices anchas e irregulares.
  • Alteraciones del aparato locomotor
    La disminución de la movilidad interfiere en el proceso de reparación de la herida.
  • Coagulopatías
    Alteran la formación de fibrina, dificultando la estabilización del coágulo plaquetario.
  • Anemia
    Impide el transporte de oxígeno a las células.
  • Trastornos inmunitarios
    Aumentan el riesgo de infección, en las alteraciones de la serie blanca hay una alteración en la respuesta frente a la infección.
  • Síndrome de Cushing (trastorno hormonal debido al exceso de la hormona cortisol)
    Ralentiza la respuesta inflamatoria del proceso de cicatrización, además de dificultar la síntesis y potenciar la destrucción del colágeno.
  • Tratamientos
    • Los corticosteroides actúan como inmunosupresores y aumentan el riesgo de infección.
    • Los antiinflamatorios retrasan la fase inflamatoria.
    • Los inmunosupresores retrasan la cicatrización y facilitan la aparición de infecciones.
    • Los antineoplásicos interfieren en el proceso de cicatrización.
    • La penicilina favorece la destrucción del colágeno.
    • La adrenalina altera la acción de las defensas a nivel local y favorece los procesos infecciosos.
    • La testosterona y sus derivados promueven la síntesis de colágeno.
    • La nicotina interfiere en la fase inflamatoria.
    • La hipersensibilidad o la alergia a los medicamentos utilizados para tratar la herida, si los hubiera, limitan la variedad de tratamientos disponibles y, por lo tanto, determinan la complejidad de la herida y el resultado del tratamiento.
1.2 Factores psicosociales

Se ha demostrado que los factores psicosociales, como el aislamiento social, una situación económica precaria y la sensación de dolor, también influyen en la cicatrización.

El estrés y la depresión provocan alteraciones en la función inmunitaria que, al mismo tiempo, influyen negativamente en múltiples procesos fisiológicos, entre los que se encuentra la cicatrización de las heridas.

 

2. Factores locales

  • El tamaño: cuanto más grande sea la herida, en extensión o profundidad, más se retrasará la cicatrización.
  • Factores mecánicos. La herida puede volver a abrirse si es sometida a tensiones que provoquen que los bordes se separen o presión sobre el lecho de la herida, dificultando la llegada de nutrientes y provocando un retraso en el proceso de cicatrización.
  • La humedad es necesaria para el proceso de cicatrización, pero su exceso o defecto provoca alteraciones en el lecho de la herida.
  • La infección es una barrera para la creación de células de nueva formación, además de inhibir la síntesis del tejido de granulación, lo que afecta a la fase de desbridamiento.
  • La disminución del flujo sanguíneo provoca una disminución en la cantidad de oxígeno y nutrientes en el proceso de cicatrización.
  • La disminución del oxígeno produce hipoxia y muerte del tejido.
  • Una temperatura inferior a la fisiológica provoca vasoconstricción y disminución del flujo sanguíneo capilar, lo que hace que el proceso de cicatrización se ralentice o interrumpa.
  • El edema limitará el suministro de sangre debido al aumento de la presión sobre los vasos sanguíneos, lo que inhibirá el transporte de nutrientes a la herida y la reconstrucción de la zona lesionada.
  • Cuerpos extraños en el lecho de la herida: su presencia provoca daño tisular.
  • Tejido no viable o desvitalizado: compuesto por células muertas, propicia la proliferación de microorganismos y representa una barrera para el crecimiento del tejido de granulación.
  • Los procedimientos de cura inadecuados, sin una buena asepsia, el uso de antisépticos agresivos, etc., alteran la reconstrucción de nuevos tejidos y lesionan el tejido de granulación, que es muy frágil, lo que retrasa la cicatrización de las heridas.

 

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Repercusiones, personales, familiares y sociales
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Una herida, sea cual sea la causa, afecta a la calidad de vida de la persona que la sufre. Además, puede implicar una baja laboral o pérdida de tiempo de trabajo, un coste económico por los tratamientos y materiales utilizados en los cuidados, una disminución de la interacción social o el aislamiento social y la necesidad de ayuda para llevar a cabo las actividades de la vida diaria (actividades orientadas al cuidado del propio cuerpo, como: higiene personal, ducharse, vestirse, comer, dormir, control de esfínteres, ir al baño o moverse).

Las lesiones en las manos, en general, tienden a interferir en la vida laboral y doméstica, dificultando o imposibilitando la realización de las tareas diarias, como limpiar o cocinar, incluida la higiene personal.

Las que se producen en las piernas y los pies limitan la movilidad y, en determinadas situaciones, pueden implicar una baja por enfermedad o depender de otras personas para los desplazamientos.

Cuando afectan al rostro pueden tener repercusiones estéticas y psicológicas, afectando la autoestima de la persona.

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Última modificación: 16/12/24 12:16h

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