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Información general

Descripción
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La alimentación de una persona con diabetes (tanto si es insulinodependiente como si no lo es) ha de ser lo más parecida posible a la alimentación de la persona no diabética. Igual que cualquier otra persona, deberá hacer una alimentación saludable, suficiente para cubrir las necesidades propias de su edad y su situación, adaptada a su estilo de vida y a su ritmo de actividades. Aún así, en su alimentación se deberá tener más en cuenta los aspectos siguientes:

 

  • El control del aporte calórico: Un consumo calórico adecuado permite que la persona con un peso normal lo mantenga. En caso de que haya sobrepeso u obesidad, el aporte calórico se deberá reducir para conseguir una reducción del peso corporal. Se ha comprobado, sobre todo en la diabetes tipo 2, que la disminución de peso mejora las glucemias. 
  • El conocimiento de todo lo relacionado con los hidratos de carbono: Saber qué son, en qué alimentos están, cuáles son los más adecuados y los menos recomendables, la velocidad de absorción, como repartirlos, como utilizarlos, la cantidad a tomar, entre otras cosas, permitirá tener unos valoras glucémicos más adecuados.
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Evolución y breve historia
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Las primeras referencias históricas relacionadas con la alimentación y la diabetes provienen de la cultura oriental y son del siglo V aC. Un médico llamado Susruta describe extraña enfermedad propia de las clases acomodadas, de los obesos y de las personas que comen muchos dulces y arroz.

El escritor romano Celso (I aC) es el primero que describe la enfermedad y recomienda la práctica del ejercicio físico.

 

La importancia de la dieta en el tratamiento de la diabetes empieza a hacerse evidente en el siglo XVIII, cuando el médico inglés John Rollo habló de ello en un libro donde propone una dieta rica en grasas y proteínas y baja en hidratos de carbono. Medio siglo más tarde, el médico francés Apollinaire Bouchart señaló la importancia de la obesidad y la vida sedentaria en el origen de la diabetes y marcó unas normas para el tratamiento dietética que se basaban en la restricción de glúcidos y proponían una dieta baja en calorías.

En las primeras décadas del siglo XX, antes del descubrimiento de la insulina, a las personas con una diabetes, se les aconsejaban alimentos que no necesitasen esta hormona (insulina), para que el organismo los transformase en energía. Por lo tanto, la dieta se basaba en el consumo de grasas y proteínas (aceite, carne, pescado, huevos, verduras, etc.).

La aparición de la insulina cambió un poco este concepto de dieta, pero, a pesar de ello, se continuaban haciendo dietas muy pobres en hidratos de carbono en general y con exclusión total de los hidratos de carbono simples, excepto alguna fruta.

En los últimos 20 años, los conocimientos sobre alimentación saludable y la aparición de técnicas de autocontrol de la sangre han mejorado el panorama en lo que al control de la diabetes se refiere. La posibilidad de medir el azúcar en cualquier momento y ver la repercusión que tiene un alimento en los niveles de azúcar en la sangre ha permitido que muchos alimentos que eran considerados prohibidos ahora se puedan tomar sin problemas si se ajusta el tratamiento farmacológico y a la pauta dietética.

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Objetivos
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Los principales objetivos del plan alimentario son:

  • Regular adecuadamente los nivelas de azúcar en la sangre. 
  • Mantener un buen estado nutricional y, así, conseguir un buen desarrollo físico y emocional de la persona. 
  • Mantener o conseguir el peso adecuado. 
  • Controlar los nivelas de grasas (colesterol y triglicéridos) en la sangre y las cifras de la tensión arterial. 
  • Evitar la aparición de determinadas complicaciones agudas propias de la enfermedad: hipoglucemia, hiperglucemia. 
  • Retrasar la aparición de las complicaciones tardías de la diabetes.


Para conseguir todos estos objetivos, la dieta deberá ser personalizada, pactada, variada y satisfactoria para la persona.

Recomendaciones generales
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La alimentación de una persona que tiene diabetes se basa en la misma alimentación saludable (equilibrada, adecuada y variada) que se recomienda al resto de la población. Por lo tanto, su dieta debería estar compuesta por: 

  • Un 15 % de proteínas 
  • Un 25-30 % de grasas 
  • Un 45-60 % de hidratos de carbono

Consejos de salud: Alimentación saludable - Nutrientes 

En el caso de las personas diabéticas, deben destacarse y seguir las recomendaciones siguientes:

1. Energía o Kilocalorías o calorías, 2. Los nutrientes, 3. Tener en cuenta el índice glucémico, 4. Controlar las técnicas de preparación y de cocción, 5. Consumo de comida rápida, 6. Sustituir el azúcar por edulcorantes artificiales, 7. Mantener una buena hidratación, 8. Controlar el consumo de bebidas alcohólicas, 9. Salidas y celebraciones, 10. Planificar la práctica del ejercicio físico, 11. Planificar los viajes, 12. No es necesario hacer una aportación suplementaria de vitaminas y minerales, 13. Moderar el consumo de productos especiales “recomendados para personas con diabetes, 14. Interpretar correctamente el etiquetado de los productos comerciales.

 

1. Energía o kilocalorías o calorías:

La cantidad de calorías que necesita una persona diabética depende (como para el resto de la población) del sexo, la altura, el peso y la actividad física. Cuando hay obesidad, es de vital importancia que la persona pierda peso. Esta pérdida se consigue mediante la reducción calórica y el incremente del ejercicio físico.

La pérdida de peso mediante una alimentación adecuada tiene como consecuencia una disminución de la resistencia periférica a la insulina (dificultad que tiene la insulina para actuar correctamente a causa de la cantidad de grasa corporal), hecho que mejora la glucemia y ayuda a normalizar los valores de la presión arterial y del colesterol en aquellas personas que los tengan alterados.

El aporte de calorías, tanto si se toman medicamento para la diabetes como si no, será repartido a lo largo del día en 5-6 comidas. Si la persona toma medicación, el número de comidas variará en función del tipo de insulina o de antidiabéticos orales

 

2. Los nutrientes

 

2.1  Las proteínas:

Las proteínas son substancias nutritivas esenciales para el organismo. Gracias a las proteínas, el cuerpo construye y repara los tejidos continuamente.

La mayoría de proteínas son de origen animal, aunque también las hay de origen vegetal (legumbres, cereales y frutos secos).

En el grupo de las proteínas, se recomiendan los alimentos siguientes:

  • Pescado (blanco y azul), por su riqueza en ácidos grasos poliinsaturados (ácidos grasos omega-3), de efecto cardiosaludable. El contenido de omega-3 es más elevado en el pescado azul, aunque el pescado blanco también contiene. 
  • Carnes magras: pollo (sin piel), conejo, pavo... Estos tipos de carne son las más pobres en grasas saturadas y colesterol, lo que resulta beneficioso para las arterias. 
  • Lácteos: han de ser semidescremados o descremados, si hay sobrepeso, obesidad o colesterol elevado.

 
Aunque es preferible que el aporte de proteínas se base en el consumo de estos tipos de alimentos, a lo largo de la semana también se pueden tomar huevos (3-4 huevos/semana) y de otros tipos de carne,
como por ejemplo ternera, cerdo (lomo) o caballo (2 veces/semana).

 

2.2 Las grasas:

Las grasas son nutrientes con un alto poder energético, es decir, aportan muchas calorías. Un exceso de grasas en la dieta de cualquier persona puede favorecer el sobrepeso y la obesidad; esto no significa que se haya de suspender su consumo, sino moderarlo.

Los alimentos ricos en grasas recomendadas son los siguientes: 

  • Aceite de oliva: siempre será el aceite de elección, tanto para aliñar como para cocinar. Se debe tomar aceite cada día. 
  • Aceite de semillas: girasol, trigo, etc. Básicamente son para aliñar, ya que son más inestables a temperaturas altas y, por lo tanto, menos adecuados para cocinar. 
  • Frutos secos: nueces, almendras, avellanas, etc. Se puede tomar diariamente un puñado que permita cerrar la mano. Es importante recordar que los frutos secos aportan muchas calorías y su abuso puede favorecer el incremento de peso.


Es muy importante tener en cuenta que las proteínas y las grasas no alteran, por si solas, los valores de azúcar en la sangre. Por ejemplo, una persona puede comer un plato único de carne o tomar seis cucharadas soperas de aceite en ayunas y no se le modificará el azúcar en la sangre, es decir, no le bajará ni le subirá. 


2.3 Los hidratos de carbono o azúcares (HC):

La principal función de estos nutrientes es la de producir la energía necesaria para desarrollar las actividades de la vida diaria, por este motivo han de constituir alrededor del 45 % - 60 % del aporte nutricional de la persona.

Los hidratos de carbono son los responsables, básicamente, de los valores del azúcar en la sangre.

Si bien es recomendable que la persona diabética tome hidratos de carbono en todas las comidas, las que se traten con insulina o con determinados antidiabéticos orales (como las sulfonilureas y las glinidas), deben tomarlos obligatoriamente en todas para evitar las descompensaciones de las glucemias.

Tipos de hidratos de carbono:
Los hidratos de carbono se encuentran básicamente en los alimentos de origen vegetal y pueden ser simples o complejos. Es importante conocer los alimentos que aportan hidratos de carbono simples o complejos, ya que este hecho, juntamente con el tipo de cocción y la variedad de alimentos que contenga la comida, hará que los niveles de azúcar en la sangre sean más o menos elevados. En general, se debe tener en cuenta que los hidratos de carbono simples provocan glucemias más elevadas que los hidratos de carbono complejos. 

  • Alimentos con carbohidratos simples
    Entre los alimentos ricos en carbohidratos simples (HC), se encuentran: las bebidas azucaradas, los zumos de fruta(naturales o envasados), las bebidas refrescantes (coles, naranjadas), el azúcar, los caramelos, la fruta (melón, pera, plátano, etc.) y los lácteos.

    No todos los hidratos de carbono simples (HC) deben eliminarse de la dieta. Una alimentación equilibrada debe incluir fruta y leche, pero siempre que se tenga en cuenta, sobretodo en el caso de la fruta, que no deben tomarse solos, como por ejemplo hacer un merienda a base de fruta, sino que la fruta es mejor es mejor tomarla de postre al final de un comida o, si se quiere comer a la hora de la merienda, sería conveniente tomarla juntamente con frutos secos (almendras, avellanas, nueces) o lácteos.

    Las grasas de la comida o de los mismos frutos secos favorecen que el vaciado gástrico (paso de los alimentos del estómago al duodeno) sea más lento y, por lo tanto, la absorción de los alimentos y la elevación del azúcar en la sangre sea más progresiva y no tan rápida.

    Hay otros hidratos de carbono simples que es necesario excluir de la dieta de una persona diabética, como son: el azúcar, la miel, la mermelada, la leche condensada, la pastelería artesana y industrial, los caramelos, los helados, el chocolate y sus derivados, las bebidas refrescantes con azúcar, los zumos de fruta y las bebidas alcohólicas. A pesar de que hay bebidas alcohólicas en que la cantidad de hidratos de carbono es prácticamente nula, como los destilados, hay bebidas como los chupitos que tienen un alto contenido en azúcar y que se deberían de evitar por el azúcar que pueden tener y por el efecto de bloquear el glucógeno. 
  • Alimentos con carbohidratos complejos
    Los principales alimentos con carbohidratos complejos son: la pasta blanca o integral, las patatas, el arroz blanco o integral, el pan blanco o integral, las legumbres, los cereales integrales o blancos, y las verduras y las hortalizas. 
  • Alimentos con carbohidratos complejos y fibra
    La fibra es un hidrato de carbono complejo que no puede ser descompuesto por las enzimas digestivas y, por lo tanto, no es absorbida por el organismo. La cantidad de fibra recomendada por una persona con diabetes es de 30-35 g/día.


Las ventajas de hacer una dieta bastante rica en fibra son:

  • La regulación del tránsito intestinal. Algunos tipos de fibra favorecen la movilidad intestinal porque aumentan el volumen de las heces y ablandan el bolo fecal, lo que facilita las deposiciones. 
  • La regulación de los niveles de glucosa en la sangre, ya que la fibra hace más lento el vaciado gástrico (paso de los alimentos del estómago al duodeno). El enlentecimiento del vaciado hace que la absorción del azúcar de los alimentos sea más gradual y, por lo tanto, las glucemias posteriores a las comidas estén más controladas. 
  • El aumento de la sensación de saciedad. El enlentecimiento del vaciado gástrico hace que la persona tenga la sensación de saciedad durante más tiempo. 
  • Dificultar la absorción del colesterol, ya que ayuda a la eliminación de cierta cantidad de colesterol a través de las heces y, por lo tanto, contribuye a disminuir sus valores en la sangre.


Existen diversos tipos de fibra, pero la más aconsejable para una persona con diabetes es la soluble, que se encuentra en las legumbres, las frutas, las verduras, y algunos cereales como la avena. En cuanto a los cereales, cuando se habla de fibra soluble, se hace referencia básicamente a la avena, aunque el resto de cereales también contienen, pero en menos proporción. 

Distribución y proporción de hidratos de carbono recomendada

La distribución aconsejada del total de hidratos de carbono (HC) a lo largo del día, para mantener estable el nivel de glucosa en la sangre, es: 

  • 15 % desayuno 
  • 10 % media mañana 
  • 30 % comida 
  • 10 % merienda 
  • 30 % cena 
  • 5 % tentempié antes de acostarse


Esta distribución puede variar en función del tipo de actividad de la persona y de la medicación establecida, sobre todo en el caso de las insulinas

En cuanto a la proporción de hidratos de carbono recomendada, del total de hidratos de carbono ingeridos en un comida principal, el 90 % deberían ser complejos (legumbres, pasta, arroz, patatas, pan, cereales) y un 10 % deberían ser simples (fruta).

 

3. Tener en cuenta el índice glucémico

El índice glucémico mide la capacidad que tiene un alimento de elevar el azúcar en la sangre al cabo de dos horas de haberlo tomado. Es importante conocer los alimentos que elevan menos el azúcar para poder controlar mejor las glucemias postprandiales (posteriores a las comidas).

Es necesario saber que:

  • El índice glucémico no depende sólo del tipo de alimento de que se trate, sino que depende también del tiempo que tarden los alimentos en pasar del estómago al duodeno (vaciado gástrico), donde son absorbidos. Así, las grasas, las proteínas y la fibra enlentecen el vaciado y, por lo tanto, los nutrientes contenidos en los alimentos se absorben más lentamente, y todo ello contribuye a hacer que la glucemia no suba bruscamente sino progresivamente. 
  • Los alimentos que elevan menos el azúcar son: las lentejas, los garbanzos, los guisantes, las habas, las judías secas (blancas), la pasta, la leche, el yogur, la manzana, la naranja, los alimentos integrales, las verduras en general, etc. 
  • La técnica de cocción de un alimento también influye en el índice glucémico, por ejemplo los alimentos cocinados “al dente” elevan menos el azúcar en la sangre. La cocción prolongada de ciertos alimentos produce una rotura del almidón que contienen, hecho que da lugar a moléculas más pequeñas, lo que permite una digestión y una absorción más rápida y, por lo tanto, un aumento más rápido del nivel de glucosa en la sangre.
  • El nivel de acidez de los alimentos o de las comidas hace que el índice glucémico sea más bajo. Sería bueno, por ejemplo, aliñar las ensaladas con una salsa vinagreta.  


Con el fin de mantener estable el nivel de glucosa en la sangre es importante que:

  • Se procure incluir en todas las comidas alimentos con bajo índice glucémico. 
  • Se hagan comidas variadas (diferentes tipos de alimentos), para favorecer un índice glucémico bajo. Un ejemplo de comida que combina adecuadamente los alimentos sería: 
    • Ensalada de garbanzos y arroz con salsa vinagreta: ensalada (fibra) + salsa vinagreta (lleva aceite, o sea, grasas) + garbanzos (hidratos de carbono complejos con bajo índice glucémico) + arroz “al dente” (hidratos de carbono complejos con alto índice glucémico) 
    • Pollo al horno (grasas y proteína) 
    • 1 manzana (hidratos de carbono simples con bajo índice glucémico)  
    • A pesar de que hay arroz, que es un alimento con un índice glucémico más alto, el hecho de que esté “al dente” y de que se tome en una misma comida con grasas, proteínas y fibra, hará que la glucemia después de la comida no aumente rápidamente sino de forma progresiva.
 

4. Controlar las técnicas de preparación y de cocción

Es preferible cocinar a la plancha, a la brasa, al vapor, hervido, a la papillote y al microondas, porque la cantidad de aceite que se utiliza es menor y, por lo tanto, el alimento cocinado será menos calórico.

Los valores de las glucemias (valor de azúcar en la sangre) no dependen únicamente de si los hidratos de carbono ingeridos en cada comida son simples o complejos, sino también de la técnica de cocción que se haya aplicado y de la presencia de otros alimentos que se ingieran al mismo tiempo, es decir, del índice glucémico. Por ejemplo, cocinar la pasta o el arroz “al dente”, es decir, que la comida esté cocida pero que tenga una cierta consistencia a la hora de masticar contribuye a hacer que las glucemias no se eleven tanto. La razón es que la cocción prolongada de ciertos alimentos produce una rotura del almidón que contienen, lo que da lugar a moléculas más pequeñas y permite una digestión y una absorción más rápida y, por lo tanto, un aumento más rápido del nivel de glucosa en la sangre. 
 
Consejos de salud: Alimentación saludable - manipulación de los alimentos 

 

5. Consumo de comida rápida

La comida rápida fuera de casa es una alternativa que la persona diabética, si tiene en cuenta las raciones de hidratos de carbono que comerá, puede incluir en su alimentación de vez en cuando, teniendo siempre en cuenta su gran aportación de grasas.

En cuanto a los bocadillos, los panecillos utilizados acostumbran a pesar aproximadamente entre 80-100 g (esto equivale a 4-5 raciones de HC). El relleno, que puede ser muy variado, no se contabilizará, porque el aporte de carbohidratos es prácticamente nulo.

En el caso de las pizzas, el ingrediente que aporta más hidratos de carbono es la harina (la masa base de la pizza). Es difícil saber con precisión la cantidad de hidratos de carbono que contiene, en el caso de que se tome en un restaurante, ya que el grosor de la masa y el resto de ingredientes variará de un establecimiento a otro. Generalmente, una pizza completa (con el relleno) acostumbran a proporcionar  unas 14 raciones de hidratos de carbono. Por lo tanto, ¼ de pizza tiene 3,5 raciones de hidratos de carbono.

En todos los casos, para ayudar a equilibrar la ingesta, es conveniente acompañar este tipo de comida con alguna ensalada y un lácteo como postre. 

Planificación de una alimentación saludable 

 

6. Sustituir el azúcar por edulcorantes artificiales

Una de las principales consideraciones de la alimentación de una persona diabética es la restricción habitual del azúcar y de todos los alimentos que llevan azúcar añadido o que son azucarados (pasteles, bebidas azucaradas, caramelos, etc.). Una buena alternativa al azúcar es el uso de edulcorantes, aunque se ha de tener en cuenta que no todos los edulcorantes son iguales, ya que hay algunos que no aumentan las glucemias (los aconsejados) y otros que sí lo hacen.

Clasificación de los principales edulcorantes

  • Edulcorantes aconsejados porque no aumentan las glucemias: 
    • sacarina (E-954) 
    • ciclamato (E-952)
    • aspartam (E-951) 
    • acesulfam K (E-950)
    • sucralosa

      E-954, E-952, E-951 y E-950 son códigos utilizados en España para determinar cada uno de los aditivos que se utilizan en la alimentación. En la preparación de platos que requieren cocción se recomienda utilizar sacarina, acesulfam K y sucralosa, ya que los otros pierden su sabor dulce.
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  • Edulcorantes desaconsejados porque aumentan la glucemia: 
    • azúcar o sacarosa 
    • fructosa 
    • miel

      El poder edulcorante de la fructosa es superior al de la sacarosa. Debe tenerse en cuenta que la fructosa también eleva la glucemia, aunque no tan rápido como la sacarosa, porque tarda más en absorberse. 
  • Edulcorantes que pueden ser de consumo moderado porque elevan la glucemia discretamente: 
    • sorbitol (E-420) 
    • manitol (E-421) 
    • xilitol

Todos los edulcorantes de este último grupo son polialcoholes, con un poder edulcorante muy intenso y contienen hidratos de carbono en cantidades pequeñas, por este motivo también elevan el azúcar en la sangre. Son los que se utilizan habitualmente para la elaboración de chicles, caramelos o mermeladas. El consumo abusivo puede producir flatulencias y diarreas.

 

7. Mantener una buena hidratación

El cuerpo humano necesita agua para llevar a cabo todas las funciones. Los requerimientos de agua para una persona con diabetes es la misma que para el resto de la población, es decir, alrededor de 1,5 l o 2 l de agua al día.

Las bebidas más adecuadas son el agua, los caldos vegetales y las infusiones sin azúcar. De vez en cuando, se puede tomar gaseosa y refrescos light (no más de uno al día). 

 

8. Controlar el consumo de bebidas alcohólicas

En cuanto a la ingesta de alcohol, se deben tomar las mismas precauciones que para el resto de la población. En personas adultas, se acepta la toma de 1-2 copas de vino o cerveza en cada comida principal. Es importante recordar, en el caso de las personas diabéticas, que un consumo elevado de alcohol aumenta el riesgo de hipoglucemias, sobre todo si se tratan con insulina o con antidiabéticos orales de los tipos sulfonilureas. La hipoglucemia se podría presentar en caso de que la ingesta de alcohol fuera demasiado alejada de la comida y no se tomase juntamente con algún alimento. Por lo tanto, para reducir este riesgo, con la bebida alcohólica se debería tomar algún tipo de frutos secos (dátiles, higos, ciruelas), palomitas y /o mezclar la bebida con un zumo o una bebida azucarada (naranjada, limonada, etc.). 


Consejos de salud: Diabetes - factores y conductas de riesgo

Bebidas alcohólicas con un bajo contenido de azúcar:
 

  • vi 
  • cava brut 
  • destilados (brandy, vodka, ginebra, ron, whisky)


Bebidas alcohólicas con un alto contenido de azúcar: 

  • cervezas (las cervezas sin alcohol o las light tienen la misma cantidad de azúcar o similar que las que llevan alcohol)
  • licores (anís, Cointreau, estomacales)


Es muy importante remarcar que:

  • Las bebidas alcohólicas de alta graduación (anís, estomacal, whisky, etc.) no son recomendables, en general, por su elevado contenido en alcohol. En el caso de las personas con diabetes, además, el alcohol inhibe la liberación del azúcar almacenado en el hígado (glucógeno) en la sangre. El organismo utiliza este azúcar en caso de hipoglucemia. Por lo tanto, un consumo elevado de alcohol puede incrementar el riesgo de hipoglucemias.
  • Aunque una bebida alcohólica tenga más o menos azúcar, el riesgo de hipoglucemia continúa siendo importante y las precauciones serán las mismas en todos los casos.

    Alimentación, diabetes y otros problemas de salud
  • Si una persona bebe alcohol y las glucemias son elevadas previamente, la ingesta de bebidas alcohólicas con un elevado contenido en azúcar aún las elevará más. Es necesaria la abstención total de alcohol en caso de: gestación, polineuropatía (enfermedad que afecta los nervios periféricos), pancreatopatía (enfermedad del páncreas), hipertrigliceridemia severa (triglicéridos elevados en la sangre) y en caso de hipoglucemias frecuentes.

 

9. Salidas y celebraciones

A veces, dependiendo del tipo de actividad social o laboral, la persona diabética se puede encontrar en situaciones en qué no podrá tener un control exacto de los hidratos de carbono que va a ingerir (cumpleaños, bodas, cenas, etc.). En este caso, se aconseja hacer un cálculo aproximativo de las raciones de alimentos a consumir. En estas situaciones los alimentos y las bebidas se pueden tomar libremente o con moderación, dependiendo de su contenido en hidratos de carbono: 


Bebidas aconsejadas (no contienen hidratos de carbono)

  • bebidas “light”, “zero” o “sugar free” 
  • agua con gas o sin 
  • gaseosa (la mayoría contienen edulcorantes artificiales) 
  • cava (seco o brut): es importante recordar que no es aconsejable tomar bebidas alcohólicas, pero en caso de una celebración o fiesta, con moderación, se pueden beber.


Alimentos aconsejados (se pueden tomar libremente porque no tienen hidratos de carbono o casi no contienen):

  • almejas, navajas, mejillones, gambas, calamares (no rebozados) 
  • aceitunas 
  • frutos secos (siempre sin azúcar): avellanas, nueces, pistachos, cacahuetes, almendras 
  • tortillas de verduras 
  • jamón 
  • palomitas: el recipiente de cartón más pequeño que habitualmente se ven en los cines contienen 1,5-2 raciones; el grande 2,5-3 raciones, y el “gigante”, de 4 a 5 raciones.


Es importante recordar que las aceitunas y los frutos secos, aunque contengan pocos hidratos de carbono o prácticamente nada, son muy ricos en grasas y, por lo tanto, esto hace que sean muy calóricos.

Alimentos de consumo moderado
(se pueden tomar con moderación porque son ricos en hidratos de carbono): 

  • Tortilla de patatas: 1/8 de tortilla equivale a 2,5 raciones de hidratos de carbono (es un valor aproximativo, ya que depende de la medida y del grosor). 
  • Un triangulo de pan de molde con embutido, queso o paté equivale a 1 ración de hidratos de carbono. 
  • Un triangulo de pan de molde con Nocilla equivale a 1,5-2 raciones de hidratos de carbono. 
  • Una chapata pequeña equivale a 1,5 raciones de hidratos de carbono (es un valor aproximativo; depende de la medida). 
  • Un bollo (industrial) equivale a 1,5-2 raciones de hidratos de carbono. 
  • Una bola de helado cremoso (unos 60 g) equivale a 1,5 raciones de hidratos de carbono. 
  • Un croissant pequeño (30 g) equivale a 1 ración de hidratos de carbono. 
  • Dos galletas maría (unos 12 g) equivalen a 1 ración de hidratos de carbono. 
  • Una magdalena normal (30 g) equivale a 1,5 raciones de hidratos de carbono. 
  • 25 g de patatas chips (cantidad que cabe, aproximadamente, en la mano de un adulto) equivalen a 1,5 raciones de hidratos de carbono. 
  • El relleno de los bocadillos acostumbra a ser embutido o queso y, por lo tanto, no se contabilizará la proporción de hidratos de carbono, ya que, en general, es escasa. 
  • Los pasteles forman parte de la comida de muchas celebraciones y, aunque no es recomendable tomar dulces, si se toman, debe ser en pequeñas cantidades y también sería recomendable hacer después una poco de ejercicio. Si se prevé que la cantidad de dulces que se tomará será importante, sería necesario administrarse antes un suplemento de insulina (el médico indicará las unidades) o reducir la cantidad de hidratos de carbono del total de la comida, por ejemplo eliminando la fruta y el pan.
  • El típico pastel de cumpleaños, elaborado en casa, es de unas 3-4 racionas de hidratos de carbono por porción. Las raciones de la porción dependerán de su medida y de la cantidad de hidratos de carbono que se hayan utilizado para la elaboración del pastel. 
  • En el caso de los pastelitos y de otros productos dulces no caseros, de los que no se conoce la composición, es más complicado determinar la cantidad de hidratos de carbono. 
  • En cuanto a los caramelos, el contenido de hidratos de carbono varia, pero normalmente es muy elevado y, por lo tanto, su efecto hiperglucémico es importante. Por lo tanto, se desaconseja su consumo. En caso de tomarlos, se recomienda hacerlo al final de una comida, como por ejemplo la merienda, ya que se enlentece la absorción del azúcar de los caramelos. A veces también será necesaria una modificación de la insulina, dependiendo de la cantidad que se hayan tomado.

    Es importante recordar que también hay caramelos elaborados con edulcorantes artificiales, pero que si se toman muchos pueden provocar trastornos intestinales (gases, diarreas, etc.), debido al tipo de edulcorante que se utiliza para hacerlos.

Consejos de salud: Alimentación saludable - recomendaciones generales 

 

10. Planificar la práctica de ejercicio físico

El papel beneficioso del ejercicio físico sobre la diabetes es reconocido desde hace muchos años. La práctica regular de ejercicio físico, entre otras cosas, mejora la acción de la insulina, disminuye las glucemias, colabora en la pérdida de peso, disminuye la presión arterial y reduce las cifras de colesterol en la sangre. Los beneficios sobre las glucemias se ven después de 15 días de haber empezado, pero desaparecen después de 3-4 días de dejar de hacerlo.

Cuando se hace un ejercicio es difícil concretar con exactitud la cantidad de hidratos de carbono que ha de tomar una persona de forma suplementaria o la cantidad de insulina que ha de reducir, ya que depende de muchos factores. Por lo tanto, se puede dar una recomendación o pauta de modificación orientativa que será establecida, en un inicio, por el equipo de salud (enfermera, dietista, endocrinólogo).

Precauciones que se deben tener a la hora de hacer ejercicio:

  • Medir la glucemia (glucosa en la sangre) antes de hacer ejercicio y: 
    • Si es inferior a 100 mg/dl, es necesario tomar un suplemento de 20 g de hidratos de carbono.
    • Si es entre 100-<250 mg/dl,  se puede hacer ejercicio sin riesgo.
    • Si ese superior a 250 mg/dl, se debe hacer una valoración de la presencia de acetona en la orina: 
      • Si la acetona es negativa, se puede hacer la actividad.
      • Si la acetona es positiva, es mejor no hacer ejercicio hasta que no haya desaparecido la acetona.
  • Medir la glucemia al acabar el ejercicio y, si el ejercicio ese de larga duración, se debe medir la glucemia también durante la práctica. 
  • Establecer previamente con la enfermera o el médico la cantidad de insulina a administrar antes de iniciar el ejercicio; normalmente, se disminuye la dosis habitual.
  • Tener la precaución de tomar un suplemento de unos 20-30 g de hidratos de carbono antes del inicio del ejercicio no programado, es decir, si el ejercicio es improvisado. 
  • Ingerir cantidades extras de hidratos de carbono simples durante el ejercicio si es de larga duración (45-60 minutos). Es recomendable tomar 15-20 g de hidratos de carbono cada 30 minutos.  
  • Ingerir cantidades extras de hidratos de carbono complejos después del ejercicio, según la duración y la intensidad. 
  • Intentar hacer el ejercicio después de las comidas, en el transcurso de las dos horas siguientes a el inicio de la ingesta, ya que es cuando hay la mayor concentración de azúcar en la sangre.
  • Evitar hacer ejercicio en el momento de máxima acción de la insulina (cuando hay mayor cantidad de insulina en la sangre) y en que el consumo de glucosa por parte de la musculatura es más elevado y, por lo tanto, aumenta el riesgo de hipoglucemia. 

    Consejos de salud: Insulina - clasificación del grupo farmacológico 
  • No administrar la insulina en un lugar del cuerpo que esté implicado directamente en el ejercicio (por ejemplo, si se va a correr, no inyectar la insulina en las piernas).
  • Controlar la hipoglucemia, que se puede producir hasta 24 h después de la actividad. Debe aumentarse el consumo de hidratos de carbono de la comida siguiente al ejercicio (aproximadamente 3 raciones más) o disminuirse la dosis de insulina. Dependiendo de los valores de las glucemias posteriores, la cantidad de hidratos de carbono a consumir a lo largo del día será, incluso, superior respecto a las raciones habituales.


Consejos de salud: Actividad física ante los problemas de salud 

 

11. Planificar los viajes

El hecho de ser diabético o de tener algún miembro de la familia que lo sea no ha de comportar ningún problema a la hora de hacer planes de viajes o vacaciones.

Sin embargo, cuando se prepara un viaje se debe tener en cuenta que:

  • Se debe consultar antes del viaje con la enfermera, el dietista o el médico para decidir los posibles cambios a introducir: 
    • En la dieta y en la pauta de insulina, en el caso de que haya una diferencia horaria. 
    • En la alimentación habitual, según el país donde se viaje (puede no disponer de los alimentos que normalmente se consumen y será necesario saber qué alimentos son la alternativa más adecuada). 
  • Se debe llevar siempre encima: 
    • Azúcar en sobres o terrones, o un suplemento de hidratos de carbono (zumos de fruta o, como alternativa, una bebida azucarada), para hacer frente a una hipoglucemia. 
    • Agua, para mantener una buena hidratación. 
  • La duración del desplazamiento (tanto el inicial como los traslados que se puedan producir como las excursiones o el trayecto final) puede hacer que las ingestas se atrasen; por lo tanto, se deben tener alimentos preparados, como bocadillos, tostaditas, galletas simples, fruta fresca, etc. 
  • Si se viaja en avión y está previsto hacer alguna comida durante el vuelo, se debe pedir la dieta apropiada a la compañía aérea; si los vuelos son de larga duración, se debe controlar la glucosa por la baja actividad. 
  • Se ha de procurar comer alimentos conocidos o informarse de las propiedades alimentarias de los alimentos que sean nuevos o poco habituales. 
  • Se debe tomar agua y bebidas envasadas, y evitar beber agua de fuentes o pozos, no controlada. 
  • Se han de evitar las salsas (mayonesas, etc.), la carne y el pescado crudo.
  • Es necesario acordarse de controlar los alimentos ricos en hidratos de carbono (farináceos, fruta y leche).
  • Se puede ser más flexible con las verduras, la carne, el pescado, los huevos y los embutidos.


Además de seguir estos consejos, es necesario que algún compañero de viaje conozca su condición de diabético y cómo actuar ante una hipoglucemia. 

Consejos de salud: Viajar y otras situaciones de vida

 

12. No es necesario hacer una aportación suplementaria de vitaminas y minerales

La persona diabética, igual que las personas que no lo son, si siguen una alimentación saludable, no requieren ninguna aportación adicional de vitaminas y minerales, excepto en determinadas situaciones, como el embarazo, en qué el aporte dietética habitual no cubre completamente las necesidades de la persona. 

Consejos de salud: Alimentación saludable - Nutrientes 

 

13. Moderar el consumo de productos especiales “recomendados para personas con diabetes

La persona con diabetes no tiene necesidad de comprar productos especiales que, en la mayor parte de los casos, desde el punto de vista nutricional, no tienen prácticamente ninguna ventaja. Se denominan productos dietéticos, dirigidos a diabéticos porque en lugar de utilizar azúcar convencional para su elaboración utilizan edulcorantes artificiales que no elevan el azúcar. El aporte calórico, proteica y de grasas es prácticamente igual, incluso en algunos productos la cantidad de grasa es superior. En cuanto a los hidratos de carbono (HC), si el producto de origen (no dietética) los contiene (por ejemplo, las galletas), el producto “dietética” también los contendrá. La única diferencia es que para dar el sabor dulce se ha usado sacarina o acesulfam K, en lugar de azúcar. Es importante que se tenga en cuenta que muchos fabricantes elaboran los productos con fructosa, como alternativa al azúcar, y la fructosa también eleva la glucemia, porque contiene hidratos de carbono.

Sin embargo, hay algunos productos en el mercado que son adecuados para los diabéticos. Se considera que un producto es realmente apto para una persona diabética cuando el aporte de hidratos de carbono es, como mínimo, de un 10-20 % menos que el producto original no dietético. 

Productos especiales aconsejados:

  • Las bebidas “light”, “free” o zero (bebidas edulcoradas con edulcorantes no nutritivos) son aptas para lo diabéticos. 
  • Los chicles y los caramelos sin azúcar (con xilitol o manitol) son aptos para los diabéticos; tienen hidratos de carbono, pero en una cantidad tan pequeña que no se contabiliza. 
  • El cacao para añadir a la leche (contiene alrededor de un 20 % menos de azúcares que el producto original no dietética) es una alternativa adecuada, pero se debe tener en cuenta a la hora de contabilizar las raciones diarias totales de hidratos de carbono que le corresponden a la persona. 
  • Las mermeladas dietéticas (contienen alrededor de un 50 % menos de hidratos de carbono que el producto original) se pueden usar para las tostadas, los yogures o para postre especiales. Según la cantidad empleada, también se deberá restar del total de raciones de hidratos de carbono que toma la persona.

 
Aspectos a tener en cuenta a la hora de comprar estos productos especiales: 

  • Las galletas, o productos parecidos, llevan prácticamente la misma cantidad de hidratos de carbono que el producto original no dietética; la única diferencia es que se ha sustituido el azúcar (sacarosa) por edulcorante artificial. Por lo tanto, no representa ninguna ventaja comprar galletas especiales para diabéticos. 
  • La frase “sin azúcar añadido” indica exactamente lo que dice, que no se le ha añadido azúcar, pero el producto original ya lleva. Por ejemplo, en los zumos de fruta que indican “sin azúcar añadido”, no se les añade azúcar (sacarosa), pero la propia fruta, de donde se extrae el zumo, ya lleva (fructosa). Por lo tanto, el zumo siempre tendrá hidratos de carbono. 
  • Debe mirarse siempre la información nutricional del paquete para ver si el aporte de hidratos de carbono se bastante menor respecto al producto original y valorar si realmente vale la pena comprarlo. 
  • Es importante comprobar siempre el aporte de hidratos de carbono de un producto si se cambia de casa comercial, ya que puede haber diferencias, tanto en los hidratos de carbono como en los otros componentes. 
  • Estos productos generalmente tienen un precio elevado y un sabor peor, en comparación con el producto original no dietética. 
  • No se han de comprar productos a granel aunque indiquen que son aptos para diabéticos o sin azúcar, porque no hay la información nutricional que permite ver si lleva o no menos hidratos de carbono.

 

14. Interpretar correctamente el etiquetado de los productos comerciales

 

Para saber la cantidad de raciones de hidratos de carbono que tiene un producto, se debe su etiquetado. En el paquete del producto debe estar indicado el aporte nutricional (calorías, proteínas, grasas, hidratos de carbono, etc.) y así se puede saber exactamente la cantidad que se va a ingerir de cada uno de los nutrientes.

La etiqueta casi siempre ofrece la información nutricional para 100 g o 100 ml del producto. Por lo tanto, mediante una regla de tres simple, se puede saber qué cantidad aporta en función del peso del producto.

Por ejemplo, veamos el caso de una tableta de chocolate con un 72 % de cacao. Si 100 g de la tableta de chocolate contienen 44 g de hidratos de carbono, para calcular la cantidad de hidratos de carbono que contiene una pastilla de 10 g, sólo será necesario hacer el cálculo siguiente:

100 g de chocolate equivalen a 44 g de hidratos de carbono 
10 g de chocolate equivaldrán a X
 X = 10 x 44: 100 = 4,4 g de hidratos de carbono


Teniendo en cuenta el resultado y sabiendo que una ración de hidratos de carbono son 10 g, la pastilla de chocolate supone prácticamente media ración de hidratos de carbono. Si se quiere comer chocolate, se deberá descontar la media ración de la pastilla del total de raciones de la comida que se va a hacer. 

 



Planificación de una alimentación saludable

 

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Última modificación: 26/07/16 08:21h

Comentarios

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Txell 01 de Marzo de 2021
Super interessant, t’ajudara molt
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Maite 03 de Julio de 2021
M'he trobat amb l'article més complert i més ampli que mai he llegit sobre la diabetis. Respon a moltes de les preguntes que ens fem els diabétics, i no solem trobar fàcilment respostes totes juntes.
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