Consejos para comer fuera de casa de fiambrera.
Cada día son más las personas que cuando van a trabajar se llevan la fiambrera, en vez de hacer el menú diario en el bar, restaurante o cafetería de al lado de la oficina, para ahorrar un buen pellizco al final de cada mes o incluso comer mejor. Si os encontráis en esta situación y/u os estáis planteando llevar la fiambrera al trabajo, a continuación, os daremos varias pautas para disfrutar de las comidas que os lleváis en las mejores condiciones posibles y no caer en la monotonía de comer cada día lo mismo.
Condiciones del puesto de trabajo. Antes que nada, hay que tener en cuenta las condiciones de vuestro puesto de trabajo. ¿Tenéis frigorífico donde mantener las fiambreras frías hasta el momento de consumirlas? ¿Disponéis de microondas para calentar el alimento? ¿Tenéis un espacio donde poder comer en un ambiente favorable? Todas estas respuestas marcarán las líneas a seguir a la hora de elaborar las fiambreras y transportarlas desde casa hasta el trabajo, pues un buen mantenimiento y transporte de la comida son tan importantes como la elaboración en sí misma.
Características básicas de los recipientes. Tenéis que elegir bien los recipientes que utilizaréis, puesto que no todos son adecuados. Los más recomendables son los de vidrio, pero tienen la desventaja de pesar más y ser más frágiles. En cuanto a los recipientes de plástico, hay que asegurarse de que se puedan calentar, ya que no todos los tipos de plástico están diseñados para resistir el calor y corréis el riesgo de que se transfieran parte de los compuestos o los aditivos de los plásticos del envase hacia los alimentos.
La elaboración de la fiambrera. Es importante que sigáis las normas de manipulación de los alimentos para que no se produzca ningún tipo de contaminación: los fritos cuando los recalentamos quedan blandos, las elaboraciones con base de huevo nos aseguraremos de que queden bien cuajadas y nunca en crudo, así como intentar no mezclar los alimentos cocidos y crudos.