19 de Octubre de 2015
¿Qué puedo hacer para prevenir el cáncer de mama?
Para minimizar los riesgos de padecer cáncer. Recuerda que la prevención es el mejor remedio.
En el desarrollo del cáncer intervienen diferentes factores de riesgo, que son elementos que aumentan la posibilidad de tener cáncer. Si bien algunos de estos factores (como el sexo o los antecedentes familiares) no son modificables, otros (como la dieta o los hábitos tóxicos) sí pueden ser controlados modificando la conducta o conductas que favorecen su aparición.
Factores de riesgo modificables (factores asociados a los estilos de vida)
- Dieta: Algunos estudios afirman que las dietas ricas en grasas o pobres en fibra o vitaminas A o E pueden favorecer el riesgo de cáncer.
Alimentación y cáncer: prevención
- Obesidad: El exceso de peso aumenta el riesgo de cáncer de mama, especialmente en mujeres que ya han pasado la menopausia.
- Consumo de alcohol: El consumo de alcohol incrementa el riesgo de cáncer de mama.
- Ejercicio: Diferentes estudios han demostrado que las mujeres que hacen ejercicio regularmente tienen menos riesgo de desarrollar un cáncer (entre un 30 % y un 40 % menos que las mujeres sedentarias) y, por lo que parece, el estrógeno tiene un papel importante en este aspecto. Las mujeres con altos niveles de estrógeno en la sangre tienen más riesgo de tener un cáncer de mama. El ejercicio disminuye los niveles de estrógeno en la sangre y así contribuye a disminuir el riesgo de cáncer de mama en una mujer. Además, después de la menopausia esta hormona la producen células grasas. Las mujeres que hacen más ejercicio tienen menos grasa y por lo tanto producen menos estrógenos. Prevenir el cáncer de mama a través del ejercicio es una de las mejores prácticas que una mujer puede adoptar para cuidar su salud.
- Embarazo y lactancia:
- Embarazo: el primer embarazo después de los 30 años también aumenta el riesgo.
- Mujeres que nunca han tenido hijos.
- La terapia hormonal substitutiva: Esta terapia se utiliza para mejorar los síntomas de la menopausia y, aunque los estudios no son concluyentes, parece que a largo plazo podría aumentar el riesgo de cáncer de mama.