02 de Agosto de 2024
15 consejos para acompañar a un/a adolescente con una infección de transmisión sexual.
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) o enfermedades venéreas son diferentes trastornos de salud que se producen debido a la infección por distintos microorganismos vivos, como virus, bacterias y otros parásitos, que se transmiten de una persona a otra a través de las relaciones íntimas o sexuales
El adolescente que ha sido diagnosticado de una infección de transmisión sexual (ITS), sobre todo si es crónica, necesitará el acompañamiento tanto del equipo de salud, para conocer cuáles son los cuidados y precauciones que deberá tener en cuenta en a partir de ahora, como de su entorno más cercano: padre, madre y hermanos. A cada miembro de la familia, el diagnóstico generará unas dificultades y desarrollará sus propios mecanismos para poder elaborar el proceso de aceptación.
Algunas de las recomendaciones que pueden ayudar a los padres a poder gestionar mejor la enfermedad del hijo, y al mismo tiempo que ésta pueda fortalecer las relaciones entre los miembros de la familia son:
- Hablar abiertamente de la infección y sentimientos que ésta evoca con el hijo y con los hermanos.
- Nunca castigar cuando se trata de temas relacionados con la infección, ni utilizar los tratamientos o visitas a los profesionales de la salud como castigos.
- Implicarse por igual en el acompañamiento.
- Empoderarse; conocer la infección en profundidad para poder tomar decisiones sobre la nueva situación de salud.
- Vivir el presente.
- Fomentar una actitud optimista.
- Buscar el acuerdo entre ambos progenitores y evitar conflictos.
- Abordar la infección como una característica más del adolescente, pero no como el único rasgo que le identifica.
- Tratar al adolescente con normalidad.
- Mostrar al adolescente que no es la única persona con dificultades, que todo el mundo tiene algo que debe vigilar, y que muchas personas, aunque no lo parezcan, también pueden tener algún trastorno al que deben prestar atención.
- Fomentar la independencia y el autocuidado.
- Manifestar las emociones. Sea cariñoso y afectivo, abrace, no evite nunca el contacto, ni lo limite sólo a los cuidados. El tacto es fundamental para la relación y el vínculo afectivo entre los miembros de la familia.
- Acompañar al hijo, ayudarle; y a medida que crezca y madure, dejarle que tome sus propias decisiones y que poco a poco asuma mayor responsabilidad.
- Motivar al hijo para que no deje de hacer lo que quiera. Y si no se puede, ayudarle a buscar alternativas.
- Estar disponible emocionalmente para cuando el hijo necesite compartir sus sentimientos, sin crear tabúes.
Para más información, consulta a tu enfermera.