Autor/a
Avelina Tortosa i Moreno
Doctora en Medicina
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Circulación general y pulmonar
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En cada latido, el corazón bombea sangre a dos circuitos cerrados, la circulación general o mayor y la pulmonar o menor. La sangre no oxigenada llega a la aurícula derecha a través de las venas cavas superior e inferior y del seno coronario. Esta sangre no oxigenada es transferida al ventrículo derecho pasando por la válvula tricúspide y, posteriormente, fluye hacia el tronco pulmonar, que se divide en las arterias pulmonares derecha e izquierda. La sangre no oxigenada se oxigena en los pulmones y regresa a la aurícula izquierda a través de las venas pulmonares (circulación pulmonar). La sangre oxigenada pasa al ventrículo izquierdo, donde se bombea a la aorta ascendente. A partir de aquí, la sangre fluye hacia las arterias coronarias, el cayado aórtico y la aorta descendente (porción torácica y abdominal). Estos vasos y sus ramas transportan la sangre oxigenada hacia todas las regiones del organismo (circulación general).

Fisiología del corazón
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Potencial de acción

Funcionalmente, el corazón consta de dos tipos de fibras musculares, las contráctiles y las de conducción, que representan el 1 % y constituyen el sistema de conducción. Su función es generar y propagar rápidamente los potenciales de acción sobre todo el miocardio (cambios en la permeabilidad de la membrana celular a determinados iones).


Propagación del potencial de acción

El potencial de acción cardíaco se extiende por el miocardio auricular, partiendo del nódulo sinusal hasta el nódulo auriculoventricular, desde el que se propaga con rapidez por el haz de His y sus ramas, para poder transmitir sincrónicamente el potencial de acción a todas las fibras del miocardio ventricular. El tiempo entre el inicio del potencial en el nódulo sinusal y su propagación a todas las fibras del miocardio auricular y ventricular es de 0,22 segundos.

 

Electrocardiograma

El electrocardiograma (ECG) es un registro gráfico de la actividad eléctrica del corazón y de la conducción de sus impulsos. En la práctica clínica, el ECG se registra con un electrodo en cada brazo y en cada pierna (derivaciones de las extremidades) y con seis en el tórax (derivaciones torácicas). Con la interpretación del ECG se puede verificar si la conducción cardiaca es normal, determinar el tamaño de las cavidades cardíacas y saber si hay daño en regiones del miocardio.

Con cada latido cardíaco, se observan tres ondas en el ECG: 

  1. La onda P, una pequeña onda ascendente. Representa la despolarización de las aurículas y la transmisión del impulso del nódulo sinusal a las fibras musculares auriculares. 
  2. El complejo QRS, que se inicia con una onda descendente, continúa con una onda rápida triangular ascendente y termina en una pequeña deflexión. Este complejo representa la despolarización ventricular. 
  3. La onda T, una onda ascendente suave que aparece después del complejo QRS y representa la repolarización ventricular.

  
El análisis del ECG también incluye la medición de los espacios entre las ondas o intervalos o segmentos: 

  1. El intervalo P-R, que es el tiempo necesario para que el impulso se propague por las aurículas y llegue a los ventrículos. 
  2. El segmento S-T, que se altera cuando el miocardio no recibe el oxígeno suficiente (en casos, por ejemplo, de angina de pecho o infarto de miocardio). 
  3. El intervalo Q-T, que representa el principio de la despolarización ventricular hasta el final de la repolarización ventricular.

 

Ciclo cardíaco

Un ciclo cardíaco incluye todos los fenómenos eléctricos (potencial de acción y su propagación) y mecánicos (sístole: contracción; diástole: relajación) que tienen lugar durante cada latido cardíaco. El término sístole hace referencia a la fase de contracción y el término diástole, a la de relajación. Cada ciclo cardíaco consta de una sístole y una diástole auricular, y de una sístole y una diástole ventricular.

 

Gasto cardíaco

El gasto cardíaco equivale a la cantidad de sangre expulsada por el ventrículo durante la sístole (volumen sistólico) multiplicada por el número de latidos por minuto (frecuencia cardiaca). De él depende el transporte de sustancias hacia los tejidos.

En reposo, en un adulto varón de talla mediana, el volumen sistólico es de 70 ml/lat y la frecuencia cardiaca de 75 lpm (latidos por minuto), con lo cual el gasto cardíaco es de 5250 ml/min.

La frecuencia cardiaca en reposo en una persona adulta es de entre 70 y 80 latidos por minuto. La frecuencia cardiaca inferior a 60 latidos por minuto se denomina bradicardia. Por otra parte, la taquicardia es la frecuencia cardiaca en reposo superior a 100 latidos por minuto. 

La regulación del gasto cardíaco depende de factores que pueden modificar el volumen sistólico y de factores que pueden variar la frecuencia cardiaca. 

  1. Factores que pueden modificar el volumen sistólico 
    • La precarga o grado de estiramiento de las fibras miocárdicas durante la diástole, que condiciona la fuerza de la contracción miocárdica. 
    • La contractilidad miocárdica o fuerza de contracción de las fibras del miocardio con cualquier valor de precarga. 
    • La poscarga, que es la presión que debe superar el ventrículo durante la sístole para poder abrir las válvulas auriculoventriculares. 
  2. Factores que pueden modificar la frecuencia cardiaca

 
La frecuencia que establece el nódulo sinusal puede alterarse por diversos factores. Los más importantes son el sistema nervioso autónomo y los mecanismos químicos.

Fisiologia de la circulación sanguínea
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Flujo sanguíneo

El flujo sanguíneo es el volumen de sangre que fluye a través de cualquier tejido por unidad de tiempo (ml/minuto). El flujo sanguíneo total es el gasto cardíaco.


Presión arterial

La presión sanguínea es la presión hidrostática que ejerce la sangre contra la pared de los vasos que la contienen. La presión sistólica refleja la contractilidad del ventrículo izquierdo, y su valor es aproximadamente de 120 mmHg, mientras que la presión diastólica indica el estado de la resistencia vascular periférica y su valor es de 60-80 mmHg.


Resistencia Vascular

La resistencia vascular es la fuerza que se opone al flujo de sangre, principalmente como resultado de la fricción de ésta contra la pared de los vasos.
Retorno venoso El retorno venoso es el volumen de sangre que regresa al corazón por las venas de la circulación general y su flujo depende del gradiente de presión entre las venas y la aurícula derecha. (cavidades)


Regulación de la presión arterial Existen distintos mecanismos implicados en el control de la presión arterial, que pueden agruparse en: 

  1. Mecanismo de acción rápida, que se inicia unos segundos después de que aumente o disminuya la presión arterial. Su acción está relacionada con la actividad del centro cardiovascular y el sistema nervioso autónomo. 
  2. Control reflejo, que mantiene inconscientemente los niveles de presión arterial, como, por ejemplo, el reflejo de los senos carotídeos y los reflejos quimiorreceptores. 
  3. Mecanismo hormonal, que es un mecanismo de acción más lento de control de la presión arterial y que se activa al cabo de horas. Implica la secreción de hormonas que regulan el volumen sanguíneo, el gasto cardíaco y las resistencias vasculares, como, por ejemplo el sistema renina-angiotensina-aldosterona, la adrenalina–noradrenalina y la hormona antidiurética (ADH).

 

Intercambio capilar 

En los capilares se produce la entrada y la salida de sustancias y de líquido entre la sangre y el líquido intersticial. En este movimiento intervienen la presión hidrostática, que es la fuerza de la sangre dentro de los capilares, y la presión osmótica, que es la fuerza que ejercen los sólidos debido a su concentración.

 

Evaluación del sistema circulatorio

Pulso

En las arterias se producen ondas de presión migratorias, denominadas pulso. Hay dos factores responsables del pulso: el volumen sistólico y la elasticidad de las paredes arteriales. 

Presión arterial

En general, la presión arterial, en la práctica clínica, se determina con un esfigmomanómetro en la arteria braquial. Para ello, se coloca el manguito alrededor del brazo, sobre la arteria braquial, y se insufla hasta que la presión del manguito sea mayor a la presión de la arteria. Al desinflar progresivamente el manguito, se genera un ruido audible que corresponde al valor de la presión sistólica. Al reducir todavía más la presión del manguito, el ruido se atenúa repentinamente, ya que desaparecen las turbulencias. En este momento se puede determinar el valor de la presión diastólica.

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Última modificación: 27/05/15 13:50h

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