Autor/a
Eulàlia Vidal Garcia
Farmacéutica especializada en nutrición
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Información práctica

La alimentación en cada fase del proceso oncológico
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1. Cirugía del cáncer y nutrición, 2. Quimioterapia y nutrición, 3. Radioterapia y nutrición, 4. Inmunoterapia y nutrición, 5. Trasplante de médula ósea y nutrición.

El régimen alimentario es una parte importante del tratamiento del cáncer. Consumir alimentos adecuados antes, durante y después del tratamiento puede ayudar a sentirse mejor y conservar la fortaleza física. A fin de garantizar una nutrición adecuada, la persona debe comer y beber suficientes alimentos con nutrientes fundamentales (vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos, grasas y agua).

 

No obstante, en muchos casos, algunos efectos secundarios del cáncer y de sus diversas modalidades de tratamiento dificultan la ingestión adecuada de alimentos; el problema nutricional más común es el consumo de cantidades insuficientes de proteínas y calorías. Entre los síntomas que interfieren en el comer, hay la falta de apetito (anorexia), náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, llagas bucales, problemas para tragar y dolor. Además, puede haber repercusiones en el gusto, el olfato y la capacidad de comer los suficientes alimentos o absorber sus nutrientes. La malnutrición (falta de nutrientes clave) es una consecuencia probable, y provoca que la persona se sienta débil, cansada e incapaz de resistir las infecciones o tolerar los tratamientos del cáncer.

La terapia nutricional puede paliar los efectos secundarios del cáncer y su tratamiento, y ayudar a las personas afectadas a obtener los nutrientes que necesitan para tolerar el tratamiento, evitar la pérdida de peso y mantener la salud general.

1. Cirugía del cáncer y nutrición

Más de la mitad de las personas con cáncer se someten a cirugía, y para recuperarse su cuerpo necesita más nutrientes y energía para cicatrizar heridas y combatir infecciones. Si la persona está mal nutrida antes de la cirugía (lo que es relativamente frecuente cuando el cáncer afecta la cabeza, el cuello, el estómago o los intestinos) es posible que ocurran complicaciones durante la recuperación, como cicatrización deficiente o infección. Por tanto, es importante hacer una valoración nutricional previa, y, en caso necesario, el tratamiento dietético puede comenzar antes de la cirugía.

Determinados tipos de cirugía pueden conllevar efectos secundarios al incluir la extirpación de ciertos órganos, total o parcialmente, lo cual puede afectar la capacidad de la persona para comer y digerir alimentos. Algunos de los problemas de nutrición relacionados con cirugías específicas son: 

  • La cirugía de la cabeza y el cuello puede provocar problemas al masticar y tragar. 
  • La cirugía de los órganos del sistema digestivo reduce la capacidad de que estos funcionen adecuadamente y disminuye la velocidad de la digestión de los alimentos. La extirpación de parte del estómago puede producir sensación de saciedad antes de que se consuma una cantidad suficiente de alimentos o en algunos casos el llamado síndrome de vaciamiento rápido (vaciado del estómago en los intestinos antes de la digestión de los alimentos). Algunos órganos del sistema digestivo generalmente producen hormonas y sustancias químicas importantes que son necesarias para la digestión. Si la cirugía afecta a estos órganos, las proteínas, las grasas, las vitaminas y los minerales pueden no ser absorbidos normalmente por el cuerpo, al tiempo que pueden desequilibrarse las concentraciones de azúcar, sal y líquidos.

 
La terapia nutricional para los efectos secundarios de la cirugía relacionados con la nutrición incluye lo siguiente: 

  • Suplementos nutricionales líquidos. 
  • Nutrición enteral (provisión de líquido a través de una sonda al estómago o al intestino). 
  • Nutrición parenteral (alimentación a través de un catéter en el torrente sanguíneo). 
  • Medicamentos para mejorar el apetito.
 

Recomendaciones nutricionales específicas en la cirugía del cáncer

Tras la cirugía es habitual que durante un tiempo las personas tengan dolor, cansancio o pérdida de apetito, lo que suele dificultar seguir su dieta habitual.

Las siguientes pautas pueden ser útiles en cuanto a la alimentación: 

  • Hay que evitar bebidas gaseosas (como refrescos) y alimentos que producen gases (como judías, guisantes, brécol, repollo, col de Bruselas, pimientos verdes, rabanitos y pepinos). 
  • Si hay problemas de estreñimiento se debe aumentar el consumo de fibras en pequeñas cantidades y beber mucha agua. Son fuentes óptimas de fibra los cereales integrales (como la avena y el salvado), las judías, las verduras, las frutas y los panes de granos integrales. 
  • Es necesario escoger alimentos con alto contenido proteico y calórico para ayudar a cicatrizar heridas, lo que incluye huevos, queso, leche entera, helado, frutas secas, mantequilla de cacahuete, carne, pollo y pescado. Se pueden aumentar las calorías friendo los alimentos y usando salsa de carnes asadas, mayonesa y condimentos para ensaladas. 
  • Hay que repartir las comidas del día en 6 o 7 tomas, de poca cantidad, y hay que masticar y ensalivar bien los alimentos. 
  • Si no se puede asegurar que se ingieren las vitaminas y los minerales necesarios a través de los alimentos, se debe consultar con el equipo de salud la conveniencia de complementarlos con preparados de alto contenido calórico y proteico. 
  • Hay que seguir las recomendaciones ante los trastornos propios del proceso oncológico y del tratamiento.

 

2. Quimioterapia y nutrición

La quimioterapia es un tratamiento contra el cáncer que utiliza fármacos para interrumpir el crecimiento de las células cancerosas, o bien eliminándolas o bien impidiendo su proliferación. Dado que la quimioterapia se dirige a células de rápida división, las células sanas que generalmente crecen y se dividen rápidamente pueden quedar afectadas también por los tratamientos contra el cáncer. Estas incluyen células en la boca y en el sistema digestivo. Por consiguiente, durante la quimioterapia pueden aparecer efectos secundarios que interfieren en el consumo y la digestión de alimentos. Entre los efectos secundarios más comunes hay: falta de apetito (anorexia), náuseas, vómitos, diarrea y estreñimiento, inflamación y llagas en la boca (mucositis), cambios en el sabor de los alimentos e infecciones por una bajada de las defensas.

Ante estos efectos secundarios es importante seguir las recomendaciones dietéticas:

la alimentación ante los trastornos propios del proceso oncológico y del tratamiento

 

Recomendaciones nutricionales generales en el tratamiento con quimioterapia

Para poder planificar la alimentación es importante diferenciar dos fases en el periodo de tiempo que durará el tratamiento.

Fase A: Desde un par de días antes de la sesión de quimioterapia hasta dos días después del tratamiento.
Fase B: Desde dos o tres días después del tratamiento hasta un par de días antes de la próxima sesión.


Fase A

Para mejorar la tolerancia del aparato digestivo al tratamiento se recomiendan un conjunto de alimentos que, tanto por la composición como por la manera de cocinarlos, son de fácil digestión y se consigue que tanto el estómago y el hígado como el páncreas no tengan que trabajar tanto: 

  • Alimentos ricos en proteínas, para poder cubrir las necesidades proteicas de una dieta saludable: pescado blanco (lenguado, rape, merluza, perca, bacalao, dorada…), clara de huevo cocinada, queso fundido desnatado, gelatinas, surimi, colas de gambas y concentrado de proteínas en polvo. Todos de fácil digestión. 
  • Alimentos ricos en carbohidratos: son la principal fuente de energía y no hay que olvidarlos nunca. Dentro de este grupo de alimentos estarían indicados: patata, arroz, pasta (macarrones, espaguetis, pasta de sopa) y pan tostado. El pan tostado se digiere más fácilmente que el pan crudo. 
  • Alimentos ricos en grasas: son absolutamente necesarios y hay que incluirlos en la dieta a través del aceite de oliva virgen de baja acidez (0,2-0,4º). Es aconsejable consumirlo en abundancia, ya que es una buena aportación de calorías y antioxidantes. El aceite de oliva tiene un efecto beneficioso sobre todo en el aparato digestivo, ya que ayuda a la deglución y a mejorar la mucosa gástrica. 
  • Frutas: las más aconsejables son las manzanas y las peras, que resultan especialmente fáciles de digerir cocinadas al horno, en forma de compota o licuadas. 
  • Verduras y hortalizas: es importante utilizar verduras y hortalizas que sean suaves y no produzcan demasiados gases, como por ejemplo calabaza, calabacín, zanahoria hervida y judía verde.

 
También hay una serie de alimentos que, aunque habitualmente se consideran saludables, se aconseja que se eviten durante este periodo: 

  • Alimentos como ternera, cordero, cerdo, embutidos, patés, quesos semisecos y curados, nata y mantequilla. Los alimentos ricos en grasa provocan una digestión más lenta y difícil, exceptuando el aceite de oliva. 
  • La leche frecuentemente no se tolera bien, por eso es conveniente evitarla y tomar bebida de soja como sustituto. 
  • Los alimentos con un alto contenido en ácidos: tomate, naranja, kiwi, limón y pomelo. 
  • Las bebidas alcohólicas, el café y alimentos picantes, ya que irritan mucho las mucosas gástricas.

 

Fase B

Entre una sesión de quimioterapia y la siguiente, si la persona no presenta ninguna alteración digestiva, la alimentación se puede variar e introducir alimentos como legumbres, frutas y otras verduras. También se pueden introducir la leche y otros quesos, siguiendo siempre los siguientes consejos generales.

Consejos generales a lo largo de todo el tratamiento de quimioterapia 

  • Antes de preparar las verduras y las hortalizas hay que lavarlas correctamente. 
  • Es bueno consumir alimentos congelados, que no solo tienen un alto contenido nutritivo, sino que tienen un alto nivel higiénico, una buena conservación y se preparan fácilmente. 
  • Se aconseja cocer los alimentos hirviéndolos, al microondas, al vapor y al horno a temperaturas bajas. 
  • Es necesario evitar la cocción a la plancha a una temperatura muy elevada, los fritos y los sofritos. 
  • Hay que evitar los alimentos o sistemas de cocción que desprenden fuertes olores, a veces pueden resultar desagradables. 
  • Hay que comer poco en cada comida y hacer cinco comidas al día, de manera que queden aseguradas las necesidades nutricionales. 
  • Se debe aumentar el consumo de líquidos (esto mejorará la eliminación de la toxicidad que produce el tratamiento de quimioterapia) en forma de agua, infusiones, licuados, caldo de vegetales, bebidas de soja, bebidas de avena, bebidas de arroz y bebidas de almendras. 
  • Es recomendable tomar las bebidas a temperatura ambiente.

    Consejos de salud: Quimioterapia  

 Una vez acabado el tratamiento, si la persona no presenta ningún problema de salud, se recomienda seguir una alimentación saludable

 

 

 

3. Radioterapia y nutrición

 

 

La radioterapia es un tratamiento contra el cáncer que emplea rayos X con alto contenido de energía u otros tipos de irradiación para eliminar células cancerosas. La radioterapia puede afectar células sanas que se encuentran cerca del cáncer y provocar efectos secundarios. Los efectos secundarios dependen en su mayor parte de la dosis de radiación y la parte del cuerpo tratada.

La radioterapia en cualquier parte del sistema digestivo puede producir efectos secundarios relacionados con la nutrición, por ejemplo: 

  • La radioterapia dirigida a la cabeza y el cuello provoca anorexia, modificaciones en el gusto, inflamación de la boca y las encías, problemas para tragar (disfagia), espasmos de la mandíbula, caries o infecciones. 
  • La radioterapia en el pecho provoca infecciones en el esófago, problemas para tragar (disfagia), reflujo esofágico (flujo revertido de los contenidos del estómago al esófago), náuseas o vómitos. 
  • La radioterapia dirigida al abdomen o la pelvis produce diarrea, náuseas y vómitos, inflamación del intestino o el recto y fístula (perforaciones) en el estómago o los intestinos. Los efectos a largo plazo son estrechamiento del intestino, inflamación crónica de los intestinos, absorción deficiente y bloqueo en el estómago o el intestino. 
  • La radioterapia también provoca cansancio, que puede derivar en disminución del apetito (anorexia).

    Consejos de salud: Radioterapia

  
Ante estos efectos secundarios es importante seguir las recomendaciones dietéticas:

la alimentación ante los trastornos propios del proceso oncológico

 

4. Inmunoterapia y nutrición

La inmunoterapia, también llamada terapia biológica o bioterapia, es el tratamiento que utiliza el sistema inmunológico de la persona para controlar el cáncer. Consiste en utilizar sustancias producidas por el cuerpo mismo o en un laboratorio para aumentar, dirigir o restaurar las defensas naturales del cuerpo contra el cáncer. Los efectos secundarios más comunes que aparecen durante la inmunoterapia son fiebre, cansancio, falta de apetito (anorexia), náuseas, vómitos y diarrea. Si estos efectos secundarios no se tratan puede presentarse pérdida de peso y malnutrición, que favorecen las complicaciones durante la recuperación, como curación deficiente o infección.

Ante estos efectos secundarios es importante seguir las recomendaciones dietéticas:

- la alimentación ante los trastornos propios del proceso oncológico 

 

5. Trasplante de médula ósea y nutrición

Los trasplantes de médula ósea y células primarias son métodos que se utilizan para reemplazar las células generadoras de sangre que destruye el tratamiento con dosis altas de quimioterapia o radioterapia. Se extraen células primarias (glóbulos inmaduros o células madre) de la médula ósea de la persona afectada (en fase de remisión de la enfermedad) o de un donante y se congelan para almacenarlas. Cuando acaban la quimioterapia y la radioterapia, las células primarias almacenadas se descongelan y se inyectan a la persona afectada por vía intravenosa. En un breve periodo de tiempo, estas células madre inyectadas se multiplican, maduran y restauran los glóbulos.

La quimioterapia, la radioterapia y los medicamentos que se utilizan en el proceso del trasplante pueden producir efectos secundarios que impiden que el paciente coma o digiera los alimentos como lo haría habitualmente. Estos efectos secundarios incluyen alteraciones en el gusto, falta de apetito (anorexia), sequedad bucal y saliva espesa. En este caso es especialmente importante el riesgo de infección, ya que las dosis altas de quimioterapia y radioterapia reducen la cantidad de glóbulos blancos –las células que combaten las infecciones–, por lo que se aconseja especialmente evitar el consumo de ciertos alimentos que pueden transportar bacterias dañinas.

La terapia nutricional puede tratar los efectos secundarios del trasplante de médula ósea y células madre relacionados con la nutrición.

Las personas sometidas al proceso de trasplante necesitan proteínas y calorías adecuadas para tolerar y recuperarse del tratamiento, evitar la pérdida de peso, combatir las infecciones y mantener la salud general. La terapia nutricional está diseñada también para evitar la posible infección a partir de las bacterias en los alimentos.

Ante estos efectos secundarios es importante seguir las recomendaciones dietéticas:

- la alimentación ante los trastornos propios del proceso oncológico 

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Alimentación y cáncer en las etapas del ciclo vital
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1. Alimentación y cáncer en la infancia, 2. Alimentación y cáncer en la adolescencia, 3. Alimentación y cáncer en la adultez, 4. Alimentación y cáncer en la vejez.

 

1. Alimentación y cáncer en la infancia

En la infancia las recomendaciones nutricionales que hay que seguir durante los tratamientos oncológicos son las mismas que se han planteado para una persona adulta pero adaptadas a los requerimientos energéticos de la edad, por lo cual es importante seguir las recomendaciones hechas por el equipo de salud específicas para cada niño.

Una vez terminados los tratamientos, es recomendable seguir una dieta saludable. De hecho, seguir una dieta saludable es más que recomendable, es necesario para mantener el buen funcionamiento del organismo. 

Consejos: Alimentación en la infancia: recomendaciones generales
Consejos de salud: Infancia


2. Alimentación y cáncer en la adolescencia

En la adolescencia las recomendaciones nutricionales que hay que seguir durante los tratamientos oncológicos son las mismas que se han planteado para una persona adulta pero adaptadas a los requerimientos energéticos de la edad –superiores a los del adulto–, por lo cual es importante seguir las recomendaciones hechas por el equipo de salud específicas para cada adolescente.

Una vez terminados los tratamientos, es recomendable seguir una dieta saludable.
 
Consejos: Alimentación en la infancia y en la adolescencia: recomendaciones generales
Consejos de salud: Adolescencia 


3. Alimentación y cáncer en la adultez

En la adultez las recomendaciones nutricionales que hay que seguir varían en función de la fase del proceso oncológico en la que se encuentre cada persona y de las características de su proceso.

Una vez acabados los tratamientos, es recomendable seguir una dieta saludable.

Consejos: Alimentación saludable: recomendaciones generales 
Consejos de salud: Adultez 

 

Alimentación y cáncer en la vejez

En la vejez las recomendaciones nutricionales que hay que seguir varían en función de la fase del proceso oncológico en la que se encuentre cada persona, y de las características de su proceso.

Una vez acabados los tratamientos, es recomendable seguir una dieta saludable. 

Consejos: Alimentación saludable: recomendaciones generales 
Consejos de salud: Vejez  

 

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La alimentación, el cáncer y otras situaciones de vida
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Embarazo

 

Durante el embarazo no se hace ni tratamiento de quimioterapia ni de radioterapia. Se espera a que nazca el bebé, o en caso necesario se adelanta su nacimiento, para poder iniciar el tratamiento lo antes posible.

Durante el embarazo se aconseja seguir las recomendaciones nutricionales específicas ante esta situación de vida y posteriormente será necesario adaptarlas en función de la fase del proceso oncológico en la que se encuentre cada persona y de las características de su proceso.

Consejos de salud: Alimentación y embarazo 

 

Una vez terminados los tratamientos, es recomendable seguir una dieta saludable. 

Consejos: Alimentación saludable: recomendaciones generales 
Consejos de salud: Embarazo

 

 

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La alimentación ante los trastornos propios del proceso oncológico
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Durante las diversas modalidades del tratamiento del cáncer pueden aparecer efectos colaterales como: alteraciones del gusto y el olfato, falta de apetito, náuseas y vómitos, sequedad de boca, aftas e inflamación y úlceras bucales (mucositis), dificultad para tragar (disfagia), acidez, diarrea o estreñimiento y bajada de defensas. Una nutrición adecuada puede ayudar en algunos casos a prevenir que estos efectos aparezcan y, en todos, a tratarlos cuando lo hacen.

Consejos nutricionales

1. Alteraciones del gusto y el olfato, 2. Falta de apetito (anorexia), 3. Náuseas y vómitos, 4. Sequedad en la boca, 5. Aftas e inflamación y úlceras bucales (mucositis), 6. Dificultad para tragar (disfagia), 7. Acidez, 8. Diarrea, 9. Estreñimiento, 10. Infecciones (bajada de defensas).

 

1. Alteraciones del gusto y el olfato

Las alteraciones del gusto y el olfato pueden relacionarse con el tratamiento con quimioterapia o radioterapia, problemas dentales o medicamentos, y, a la vez, es habitual que haya un rechazo repentino a ciertos alimentos. El sentido del gusto puede retornar parcial o completamente tras el tratamiento, pero a veces se requiere hasta un año. Es conveniente consumir abundantes líquidos, cambiar el tipo de alimentos que se consumen y agregarles especias o saborizantes.

Consejos para reducir sus efectos: 

  • Hay que enjuagarse la boca con agua antes de comer. 
  • Es conveniente elegir y preparar alimentos que tengan un aspecto y un olor agradables, o tomar alimentos preparados por otros. 
  • Si la carne roja (ternera, buey, cordero y cerdo) sabe o huele raro, se puede sustituir por carne de ave, pescado de sabor suave, huevos o queso. 
  • Es bueno adobar la carne, el pollo o el pescado en vino, salsa agridulce o limón. 
  • Es aconsejable usar pequeñas cantidades de condimentos, como albahaca, orégano o romero. 
  • Si los alimentos saben a metal, se pueden usar utensilios de plástico. 
  • Para reducir el sabor metálico o amargo se pueden tomar infusiones de menta sin azúcar, caramelos de limón o chicles. 
  • Si no hay llagas en la boca, se pueden probar alimentos ácidos, como frutas cítricas o limonada. 
  • Si molestan los olores, hay que servir los alimentos a temperatura ambiente. 
  • Se debe consultar al dentista para descartar problemas bucales que pudieran afectar el sabor u olor de los alimentos y para que aconseje sobre enjuagues bucales especiales e higiene bucal.
 


2. Falta de apetito (anorexia)

La falta de apetito (anorexia) es uno de los problemas más habituales en las personas con cáncer.

Para reducir sus efectos se aconseja: 

  • En el desayuno hay que comer un tercio de las calorías y las proteínas necesarias para el día. 
  • Se deben hacer comidas de poca cantidad pero con alto contenido proteico y calórico cada 1-2 horas, en lugar de 3 comidas abundantes. 
  • Es bueno tener ayuda para preparar las comidas. 
  • Conviene agregar calorías y proteínas extras a los alimentos (como manteca, leche en polvo descremada, miel o azúcar moreno). 
  • Cuando el consumo de alimentos sólidos es problemático hay que ingerir suplementos líquidos (bebidas especiales con nutrientes), sopas, leche, zumos, leche malteada y batidos de frutas. 
  • Es aconsejable preparar y almacenar porciones pequeñas de los alimentos preferidos para poder tomarlos cuando apetezca. 
  • Hay que comer alimentos con aromas agradables. Los olores fuertes se pueden reducir: 
    • Cocinando en la parrilla al aire libre. 
    • Usando un ventilador de cocina cuando se preparan alimentos. 
    • Sirviendo alimentos fríos en lugar de calientes (los olores se concentran en el vapor ascendente). 
    • Desempaquetando los alimentos para liberar los olores antes de consumirlos. 
    • Usando ventiladores pequeños portátiles para expulsar los olores lejos del paciente. 
  • Es bueno probar comidas nuevas, ser creativo a la hora de los postres y experimentar con recetas, saborizantes, especias, tipos y consistencias de los alimentos… Las preferencias y el rechazo a ciertos alimentos cambian a diario.

 
Alimentos recomendados (alto contenido calórico y proteico): 

  • Queso y galletas. 
  • Púdings. 
  • Suplementos nutricionales. 
  • Batidos. 
  • Yogures. 
  • Helados. 
  • Leche en polvo agregada a alimentos como púdings, batidos o cualquier receta que utilice leche. 
  • Alimentos ligeros (propicios para refrigerios o meriendas) como huevos rellenos sazonados, queso para untar o mantequilla de cacahuete sobre galletas o apio.

 

3. Náuseas y vómitos

Las náuseas que produce el tratamiento del cáncer pueden afectar la cantidad y el tipo de alimentos que se consumen.

Consejos para reducir sus efectos: 

  • Hay que evitar alimentos que es probable que produzcan náuseas como picantes, grasas y alimentos con olores fuertes. 
  • Se tienen que comer alimentos blandos, de textura suave, de fácil digestión en lugar de comidas pesadas. 
  • Hay que evitar alimentos flatulentos como por ejemplo col, col de Bruselas, coliflor y legumbres. 
  • Se pueden comer alimentos secos como galletas, palitos de pan o tostadas durante el día. 
  • Es aconsejable comer poco varias veces por día. 
  • Es bueno tomar líquidos a sorbos lentamente durante el día. 
  • Durante una hora después de comer hay que sentarse o reclinarse con la sección superior del cuerpo erguida.
  • Es bueno no comer en una habitación con olores de cocina o demasiado caliente. Hay que mantener la sala a temperatura agradable y con mucho aire fresco. 
  • Hay que enjuagar la boca antes y después de comer. 
  • Conviene eliminar alimentos muy salados o muy dulces. 
  • Si la boca tiene mal gusto, se pueden chupar dulces duros como pastillas de menta o caramelos de limón. 

Consejos de salud: Náuseas y vómitos 


4. Sequedad en la boca

La sequedad bucal generalmente la produce la radioterapia que se dirige a la cabeza y el cuello, aunque también pueden provocarla diferentes medicamentos. Esta sequedad bucal afecta el habla, la sensación del gusto, la capacidad para tragar y el uso de prótesis dentales y frenillos. Aumenta también el riesgo de caries dentales y enfermedad de las encías, dado que disminuye la cantidad de saliva que se produce para limpiar los dientes y las encías.

Consejos para reducir sus efectos: 

  • Hay que tomar frecuentemente sorbos de agua fría o bebidas sin azúcar o dejar derretir trocitos de hielo en la boca, ya que el tratamiento principal para la sequedad bucal es tomar muchos líquidos. 
  • Se tiene que reducir el consumo de café, té, bebidas alcohólicas o refrescos a base de cola, que aumentan la sequedad porque tienen un efecto diurético (aumentan la eliminación de orina). 
  • Es recomendable masticar chicle sin azúcar o caramelos duros sin azúcar. 
  • Hay que lubricar los labios con bálsamo labial. 
  • Se tienen que evitar enjuagues con alcohol o ácido. 
  • El tabaco y el alcohol producen sequedad bucal. 
  • Los alimentos salados o muy picantes pueden provocar dolor en la boca seca. 
  • Hay que consultar con el dentista si es conveniente usar: 
    • Humedecedores bucales, como sustituto de la saliva. 
    • Enjuagues bucales especialmente indicados para la sequedad bucal.
 

 


5. Aftas e inflamación y úlceras bucales (mucositis)

Las llagas en la boca son consecuencia de la quimioterapia y la radioterapia. Estos tratamientos están dirigidos a células que se multiplican de forma rápida, ya que las células cancerosas tienden a multiplicarse rápidamente. Las células normales del interior de la boca pueden resultar dañadas por estos tratamientos porque también se multiplican rápidamente. Las llagas orales pueden infectarse y sangrar, con lo cual se dificulta el consumo de alimentos.

Consejos para reducir sus efectos: 

  • Hay que hacer una alimentación variada y equilibrada, fraccionada en 5 o 6 comidas poco abundantes. 
  • Conviene consumir bebidas de alto contenido calórico y proteico además de las comidas. 
  • Se tiene que comer poco a poco y masticar bien los alimentos o triturar con una batidora verduras y carnes hasta que desaparezcan los grumos. 
  • Hay que cocinar los alimentos hasta que estén blandos y tiernos, cortarlos en trozos pequeños, y agregar salsas, caldos o jugos. 
  • Es bueno utilizar una pajita para beber los líquidos. 
  • Hay que tomar alimentos con texturas líquidas, blandas y cremosas (natillas, flanes, papillas de cereales con leche, pescado blanco, purés de patatas, purés de verduras). 
  • La inflamación y la irritación bucal se pueden reducir: 
    • Tomando los alimentos tibios o a temperatura ambiente y evitando los calientes. 
    • Eliminando el consumo de alcohol, tabaco y alimentos muy condimentados o muy salados. 
    • Restringiendo el aporte de frutas cítricas (naranja, mandarina…) y tomates. 
    • Valorando la tolerancia a las bebidas carbonatadas, incluyendo el agua mineral. 
    • Eliminando los alimentos de bordes agudos, como las galletas, tostadas o patatas fritas, los rebozados, etc. 
  • Hay que probar la tolerancia al frío, como pedacitos de hielo y helados; mientras que alivia a algunas personas a otras les causa más dolor. 
  • Se tienen que utilizar técnicas culinarias como hervir, cocer al vapor y cocer al horno, y hay que evitar cocciones a la plancha. 
  • Es conveniente utilizar aceite de oliva para condimentar todos los alimentos. 
  • Hay que limpiarse los dientes (incluidas las dentaduras postizas) y enjuagar la boca al menos cuatro veces al día (después de cada comida y antes de ir a la cama).

   
Alimentos aconsejados (por su textura se mastican y tragan fácilmente): 

  • Frutas blandas, como plátanos, puré de manzana y sandía. 
  • Néctares de melocotón, pera y albaricoque. 
  • Queso de granja. 
  • Puré de patatas. 
  • Macarrón y queso. 
  • Natillas y púdings. 
  • Gelatina. 
  • Batidos. 
  • Huevos revueltos. 
  • Avena u otros cereales cocidos.
Alimentación contra las aftas bucales

 

 

6. Dificultad para tragar (disfagia)

En caso de que se presente disfagia (dificultad para que los alimentos, líquidos o sólidos, pasen de la boca al estómago) es importante prevenir la malnutrición y asegurar que se bebe el agua necesaria.

Los alimentos deben tener una textura de puré espeso y homogéneo, sin trocitos de alimentos sólidos.

Consejos para reducir los efectos de la dificultad para tragar: 

  • Hay que comer sentado, con la espalda bien erguida para facilitar el paso de los alimentos hasta el estómago. 
  • Tomar los alimentos fríos o calientes porque se tragan mejor que los templados. 
  • Hacer varias comidas diarias de poca cantidad. 
  • Tomar fibra, legumbres, cereales y frutas en forma de puré, evitando los filamentos de la parte más fibrosa. 
  • Si hay dificultad para tragar líquidos, se recomiendan alimentos de textura semisólida como el yogur y el puré de frutas. 
  • Los líquidos (infusiones, agua, zumos, caldos...) se pueden espesar con maicena o gelatina, o completar con preparados especiales de venta en farmacias (aguas gelificadas y varios alimentos adaptados en nutrientes, texturas y sabores a las necesidades nutricionales de las personas adultas). 
  • Si la dificultad es para tragar sólidos, hay que evitar los que se desmenuzan en la boca, porque se corre el riesgo de que pasen a las vías respiratorias. 
  • Cuando sea factible, mojar los alimentos sólidos, por ejemplo en la leche, para ablandarlos. 
  • Hay que evitar alimentos como los frutos secos, el pan tostado y similares, porque pueden irritar la garganta. 
  • No se deben tomar bebidas alcohólicas.

  
Algunos alimentos recomendados son los siguientes

  • Galletas sin nueces ni pasas. 
  • Flan y gelatinas. 
  • Patatas al horno, puré de patatas, patatas gratinadas, puré de verduras. 
  • Plátanos y puré de frutas. 
  • Albóndigas, carne picada en salsa y pescado suave sin espinas. 
  • Huevos escalfados, revueltos o en tortilla francesa. 
  • Queso fundido y yogur. 
  • Pan, tostadas y pastas. 

 

7. Acidez

La acidez de estómago es una sensación de ardor o calor en el estómago.

Consejos para reducir la acidez: 

  • Se deben hacer 5-6 comidas diarias, de poca cantidad, masticando y ensalivando bien los alimentos. 
  • Hay que tomar los alimentos templados: el excesivo frío o calor irrita la mucosa gástrica. 
  • Las verduras y frutas crudas deben comerse peladas y sin semillas, para evitar el aporte excesivo de fibra cruda por su acción irritante gástrica. 
  • Es mejor comer carnes blancas, que son menos irritantes que las rojas porque se digieren más fácilmente y permanecen menos tiempo en el estómago. 
  • La carne no debe estar excesivamente cocida, y es preferible guisada o hervida; hay que evitar la cocción a la parrilla, ya que crea una costra tostada que es irritante. 
  • Se tienen que evitar el café, el alcohol y las bebidas con cola, ya que estimulan la secreción ácida. 
  • Se desaconsejan los alimentos fritos en general, así como las comidas ricas en grasas, muy especiadas y condimentadas. 
  • Hay que reducir el consumo de leche. Aunque tradicionalmente se creía que la leche combatía la acidez, se ha demostrado que su alto contenido en calcio estimula la secreción de ácido gástrico. 

 

8. Diarrea

Los tratamientos contra el cáncer, la cirugía estomacal o intestinal o la tensión emocional pueden producir diarrea. La diarrea de duración prolongada provoca deshidratación (falta de agua en el cuerpo) o concentraciones bajas de sal y potasio, minerales importantes que el cuerpo necesita.

Consejos para ayudar a prevenirla o tratarla: 

  • Conviene aumentar el aporte de líquidos (1 vaso por cada deposición), especialmente agua, zumo de manzana, agua de arroz (se hierve durante unos 10 minutos arroz con una zanahoria y una pizca de sal, iniciando la cocción en agua fría) y sopas claras. 
  • Hay que tomar cada 2 o 3 horas comidas de poca cantidad, bajas en fibra y de fácil digestión, como por ejemplo: 
    • Plátano, manzana o pera hervidas y membrillo. 
    • Arroz, fideos y pan blanco. 
    • Pollo o pavo sin piel. 
    • Pescados blancos. 
  • Se tiene que disminuir el consumo de verduras en general, sobre todo de espinacas. 
  • Hay que evitar el consumo de: 
    • Frutas o vegetales crudos. 
    • Alimentos integrales (pan, cereales…), frutos secos y palomitas de maíz. 
    • Alimentos fritos, grasos, muy sazonados o condimentados. 
    • Comidas y bebidas que provoquen gases (judías, col o repollo y bebidas gaseosas). 
    • Leche y otros alimentos con lactosa. 
    • Bebidas con cafeína, alcohol y chocolate. 
  • Si la diarrea duran unos días, también hay que eliminar el gluten de la dieta.


9. Estreñimiento

En las personas con cáncer, el estreñimiento puede ser un síntoma del mismo o un efecto secundario de medicamentos para el cáncer o para el control del dolor. Puede deberse, además, al aporte insuficiente de líquidos y a una alimentación desequilibrada.

Consejos para ayudar a su prevención o tratamiento: 

  • Hay que aumentar la ingestión de líquidos (si no hay contraindicación médica) a ocho vasos al día de agua, infusiones, zumos de fruta y hortalizas, caldos vegetales, etc. 
  • Se recomienda tomar una bebida tibia o caliente aproximadamente media hora antes de la hora habitual en la que la persona acostumbraba a defecar. 
  • Hay que aumentar el consumo de fibra: las verduras, las frutas (especialmente las secas) y algunos cereales (trigo entero, el salvado de trigo o la avena) son excelentes fuentes de fibra, aunque para notar sus beneficios es importante un adecuado consumo de agua que ayude al paso de las heces a través del intestino. 
  • Se tienen que eliminar el té, los plátanos, el chocolate y los alimentos con alto contenido en azúcares refinados. 
  • Hay que tomar yogures con efecto bífidus, solos o con una cucharada de semillas de lino. 
  • Se tienen que evitar las bebidas con gas y refrescos efervescentes. 
  • Hay que condimentar con aceite de oliva (3 a 4 cucharadas diarias). 

 

10. Infecciones (bajada de defensas)

La radioterapia, la quimioterapia y el propio cáncer pueden dar lugar a una reducción del número de glóbulos blancos o leucocitos en la sangre (leucopenia). Dado que los leucocitos son, entre otras cosas, responsables de luchar contra las infecciones, su reducción implica un mayor riesgo de desarrollarlas.

Consejos para ayudar a prevenir las infecciones: 

  • Hay que lavarse las manos frecuentemente para evitar la diseminación de bacterias, especialmente antes y después de manipular los alimentos. 
  • Se tienen que revisar las fechas de caducidad de los alimentos y no hay que comprarlos o usarlos si están caducados. 
  • No se deben comprar o utilizar alimentos en latas que están hinchadas, abolladas o dañadas. 
  • Hay que comprar alimentos envasados en porciones individuales a fin de evitar las sobras. 
  • Se recomienda evitar el tofu no envasado que se comercializa en recipientes abiertos. 
  • Hay que descongelar los alimentos lentamente (en la nevera) o rápidamente (en el microondas), nunca a temperatura ambiente por el riesgo de sobrecrecimiento de bacterias. 
  • Se recomienda evitar las frutas y verduras viejas, mohosas o dañadas. 
  • Hay que lavar bien las frutas y verduras (se ponen en remojo con unas gotas de desinfectante, como puede ser el Amukine®, se dejan cinco minutos y se limpian con mucha agua). 
  • Hay que cocinar los alimentos inmediatamente después de descongelarlos y preferiblemente en olla exprés. 
  • Las sobras se deben refrigerar en las 2 horas siguientes a la cocción de los alimentos y consumir en un plazo máximo de 24 horas. 
  • Hay que mantener los alimentos a la temperatura adecuada (fría o caliente). 
  • Se recomienda cocinar carnes, aves y pescados completamente. Hay que evitar el consumo de huevos crudos o pescado crudo. 
  • Si se come fuera de casa, hay que evitar los bufets de ensaladas.
 

 

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Confección de un menú
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  1. Menu de prevención del cáncer 
  2. Menú en el tratamiento de quimioterapia en la fase A
  3. Menú en el tratamiento de quimioterapia en la fase B
  4. Dieta durante el tratamiento de la radioterapia 

 

1. Menú de prevención del cáncer

 

 
 
Desayuno
1 vaso de leche semidesnatada o bebida de soja
Tostadas con mermelada, cereales o tostadas con atún y tomate
Una fruta de temporada
Media mañana
Un pequeño bocadillo de queso bajo en grasa o un yogur con frutos secos
Almuerzo
Pasta, arroz o legumbres con verduras
Pescado, carne magra o huevos acompañado de una ensalada (lechuga, tomate, zanahoria...)
Una fruta
Tarde
Una fruta y un yogur
Cena
Verdura con patata, sopa de arroz, sopa de pasta
Pescado, carne magra o huevos con una ensalada
Yogur o un trozo de queso bajo en grasa

 

 

2. Menú en el tratamiento de quimioterapia en la fase A

(2 días antes de la sesión de quimioterapia, durante el día o días de la sesión de quimioterapia y 2 días después)

En el caso de no tener ningún efecto secundario.

Desayuno 
1 vaso de bebida de soja enriquecida en calcio
Tostadas de pan con aceite de oliva virgen
Un quesito fundido o jamón curado
Media mañana
Licuado preparado con dos o tres zanahorias, un ramito de perejil, una manzana o una pera
Almuerzo
Espaguetis con aceite de oliva con zanahoria hervida
Colas de gamba o langostinos
Compota de manzana
Tarde
Pan tostado con membrillo
Infusión: tila, melisa
Cena
Crema de calabacín
Bacalao hervido con patata y cebolla y condimentado con aceite de oliva
Compota de manzana
Antes de ir a dormir
Un vaso de bebida de soja


Si aparece algun efecto secundario seguir la alimentación recomendada ante los trastornos propios del proceso oncológico

 

3. Menú en el tratamiento de quimioterapia a la fase B

(desde 2 días después de una sesión de quimioterapia hasta 2 días antes de la siguiente)

En el caso de no tener ningún efecto secundario. 
 

Desayuno 
1 vaso de leche
Tostadas con mermelada, cereales o tostadas con jamón del país
Una fruta de temporada
Media mañana
Un pequeño bocadillo de queso o un yogur con unos frutos secos
Almuerzo
Pasta, arroz o legumbres con verduras
Pescado, carne o huevos acompañado de una ensalada (lechuga, tomate, zanahoria...)
Una fruta
Tarde
Una fruta y un yogur
Cena
Verdura con patata, sopa de arroz, sopa de pasta
Pescado, carne o huevos con una ensalada
Yogur o un trozo de queso


Si aparece algun efecto secundario seguir la alimentación recomendada ante los trastornos propios del proceso oncológico



4. Dieta durante el tratamiento de radioterapia

 

En el caso de no tener ningún efecto secundario. 

Desayuno 
1 vaso de leche
Tostadas con mermelada, cereales o tostadas con jamón del país
Una fruta de temporada  
Media mañana  
Un pequeño bocadillo de queso o un yogur con unos frutos secos  
Almuerzo
Pasta, patata, arroz o legumbre con verduras
Pescado, carne o huevos acompañado de una ensalada (lechuga, tomate, zanahoria...)
Una fruta
Tarde
Una fruta y un yogur
Cena
Verdura con patata, sopa de arroz, sopa de pasta
Pescado, carne o huevos con una ensalada
Yogur o un trozo de queso


Si aparece algun efecto secundario seguir la alimentación recomendada ante los trastornos propios del proceso oncológico

 

 

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Última modificación: 23/02/21 12:14h

Comentarios

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Gladis 28 de Enero de 2021
Les agradesco las reseteas que tienen para enfermos que les dio canser. Les recomiendo a todos
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